Escúchame, si quieres, en la versión podcast:
¿A veces no tienes la sensación de que tu vida y tu agenda están llenas de cosas? ¿Nunca te has preguntado cómo te las has arreglado para llegar a tener una vida tan complicada?
¿Todo tu tiempo y todo tu energía son para los demas y no te queda nada para ti? ¿A veces te gustaría dejarlo todo atrás y cambiar tu vida por completo?
Hace unos meses me encontré con un antiguo compañero de clase, que había tenido una carrera profesional similar a la mía.
Cuando le pregunté cómo le iba, me comentó que estaba trabajando como Director General en una empresa muy pequeña dedicada al arte en el centro de la ciudad.
La verdad es que me sorprendió, porque aunque tenía un cargo profesional relevante en un sitito interesante, mi amigo siempre había sido una persona muy inteligente y con una carrera muy prometedora.
Y la última noticia que había tenido de él es que ocupaba un cargo relevante en una compañía cotizada importante.
Por eso me sorprendió que hubiera cambiado de trabajajo y estuviera en el centro artístico,
¿Y qué tal estás? ¿Estás contentó? .- Le pregunté.
Aún a pesar de que hacía tiempo que no nos veíamos mi amigo se sinceró rápidamente conmigo y me dijo “Pues mira, hace unos años comencé a trabajar en una multinacional importante, hasta ese momento había estado trabajando en otra empresa en la que estaba muy contento y muy bien, pero acepté ese nuevo trabajo, porque para mí suponía un salto profesional importante.
Tenía mucha responsabilidad y ganaba mucho dinero, pero este trabajo me implicaba estar constantemente viajando de un país a otro y tener que soportar mucho estrés y mucha presión.
Durante meses lo llevé bien. Pero llegó un momento en que el estrés me empezó a pasar factura.
Me encontraba fatal físicamente, tenía ansiedad, estaba angustiado, además apenas veía a mi mujer y a mis hijos…”
¿Y qué pasó?- Le pregunté
“Un día en el que ya no podía más hablé con mi mujer y le dije que quería cambiar de vida. Que estaba agotado y que ya no podía más. Que no era feliz y que yo no necesitaba ni tanto dinero ni tantos lujos para vivir.
Así que cambié de trabajo y comencé a trabajar en el centro artístico. Tengo un cargo importante, pero bueno, la empresa es mucho más pequeña.. No gano tanto dinero, pero el trabajo es super interesante y soy mucho más feliz.
Decidimos cambiar de colegio a mis hijos. Que antes iban a uno de los colegios más caros de Madrid, y comenzaron a ir a otro que aunque igualmente bueno, no era tan caro.
Nos cambiamos de casa, y pasamos de vivir de una gran casa en las afueras a un piso algo mas pequeño en el centro, cerca de mi trabajo.”
-¿Y cómo estás ahora?- Le pregunté
“Pues si quieres que te diga la verdad” Me dijo “Ahora soy mucho más feliz”.
Me alegró que me dijera esto. Había simplificado su vida y ahora no solamente vivía sin estrés, si no que era mucho más feliz.
Esto me trajo a la mente un libro que una amiga mía me había regalado unos años antes y que yo llevaba aplicando, si no en su totalidad, sí en parte, desde hacía tiempo.
El libro se llamaba “Simplifica tu vida”.
Un verano, mi amiga apareció en la playa con el libro y me dijo “Mira que libro tan interesante he traído”.
“Se llama Simplifica tu vida y está escrirto por Elaine St James, una ejecutiva que durante años trabajó en una importante compañía ocupando un cargo de responsabilidad y que narraba como había sido su experiencia al dejarlo todo y simplificar su vida”.
Elaine en el libro daba una serie de recomendaciones que una persona que quisiera llevar una vida más tranquila podía seguir.
Mi amiga y yo comenzamos a leer el libro juntos. Y aunque el libro seguía un enfoque muy anglosajón y daba algunas recomendaciones que no serían de gran aplicación en nuestro caso, otras recomendaciones eran especialmente interesantes.
De hecho, yo que en aquella época tenía mucho estrés, comencé a seguir muchas de estas recomendaciones, y me fueron de gran utilidad, y aun hoy, después de tantos años mantengo muchas de ellas.
Así que hoy me gustaría resumirte las más importantes, las medidas que considero más relevantes y que en mayor medida podrían ayudarte a reducir tu estrés:
- El primer consejo es que vivas cerca de tu trabajo.
Una de las recomendaciones del libro era vivir cerca del trabajo. Perdemos una gran cantidad de tiempo yendo al trabajo y volviendo a casa.
Y este tiempo lo perdemos todo los días.
Mucha gente prefiere irse a vivir a casas ajardinadas o más grandes a las afueras de las ciudades y esto implica muchas veces que nos alejemos aun más del lugar en el que trabajamos.
Imagínate que tardas 45 minutos en llegar al trabajo y volver cada día.
Esto no es un tiempo descabellado si vives en una gran ciudad.
E Imagínate que hicieras los cambios necesarios en tu vida para poder vivir a 15 minutos de tu lugar de trabajo.
Esto supondría un ahorro de una hora al día. 5 horas a la semana. 20 horas al mes. Y 240 horas al año.
¿Te das cuenta del tiempo que ahorrarías?
Vivir cerca del trabajo te posibilitaría tener un mayor tiempo para descansar, disfrutar de tu familia, hacer deportes o destinar ese tiempo a lo que desees en tu caso concreto.
Y eso sin mencionar todo el espacio mental que liberarías al sufrir menos atascos, pasar menos tiempo en el metro, etc.

- El segundo consejo es que trabajes menos horas y de forma más productiva
La mayoría de la gente está más enfocada en el tiempo que pasa en el trabajo que en su productividad. Lo importante no es cuantas horas estas en el trabajo, lo importante son tus resultados.
Muchas veces perdemos tiempo con trabajo poco productivo porque intentamos retrasar el comenzar una tarea ardua o un proyecto complejo. Es decir procrastinamos, y para ello destinamos nuestro tiempo a hacer cosas poco productivas. Acaba con esto.
En algunos países además, existe la cultura de pasar mucho tiempo improductivo en el trabajo, y se pierde mucho tiempo hablando del partido de futbol del fin de semana, tomando café, cotilleando sobre otras personas…
La gente piensa “total, si vamos a estar aquí hasta tan tarde, no pasa nada si perdemos algo de tiempo”.
Pero esto es una forma de pensar que deberíamos cambiar.
Si trabajaras de forma más productiva y aprovecharas mejor tu tiempo podrías destinar esos ahorros de tiempo y energía a otras cosas más importantes para ti.
- Salda tus deudas y no vuelvas a endeudarte.
La mayoría de las personas mantienen una relación de sufrimiento con el endeudamiento. Es decir, nos convertimos en esclavos de nuestras deudas y no conseguimos estar mentalmente tranquilos hasta que nos liberamos de ellas.
Esto produce una gran cantidad de estrés, sufrimiento y sensación de agobio.
La mayoría de las personas son tan responsables y honestas, que el hecho de pensar en no pagar sus deudas les produce un tremendo malestar.
De hecho al pensar en un posible despido o pérdida de trabajo, lo primero que te preguntas es “¿Cómo voy a pagar la hipoteca? ¿Cómo voy a amortizar el préstamo?”
No piensas en “cómo vas a comer” o “cómo vas a pagar la luz o los libros del niño”… piensas en “cómo vas a pagar la hipoteca”.
Y esto es tremendamente estresante. Porque hace que el miedo al despido esté muy presente en el día a día y resta mucha libertad.
Además vivimos en una sociedad donde parece que sea inevitable endeudarse. Parece que es necesario comprar una vivienda, tener un buen coche, estudiar en las mejores universidades… y endeudarse para ello.
Pero no necesitas tener una casa en propiedad, ni siquiera tener coche, o estudiar un master en la mejor universidad del país… puedes vivir de alquiler, moverte en transporte público, en bici o en moto, y estudiar en una universidad pública.
Si tienes deudas, intenta liberarte de ellas lo antes posible. Y haz todo lo posible por no volver a endeudarte.
Es preferible que reduzcas tu nivel de vida antes de que vuelvas a endeudarte. La calma mental que conseguirás será inmensa.
El hecho de no tener deudas, te permitirá además tener una mayor libertad a la hora de tomar decisiones, cambiar de trabajo, cambiar de empresa, aceptar una oferta con mejores condiciones en otra compañía, cambiar de ciudad, vivir en el extranjero…

- Aumenta ahorro
Trata de ahorrar más. Revisa tus hábitos de compra para tratar de diferenciar lo que es importante de lo que no.
Antes de incurrir en un gasto pregúntate “¿De verdad lo necesito?”
Vivimos en una sociedad tan enfocada al consumo que la mayoría de la gente acaba incurriendo en gastos no necesarios o compras poco relevantes.
Intenta evitar las compras por impulso y enfocarte en lo que realmente necesitas.
Vivir al día y no disponer de ahorros es algo tremendamente estresante.
Mientras que disponer de dinero ahorrado en tu cuenta bancaria y sentir que tienes capacidad de hacer frente a cualquier gasto inesperado te concederá una gran tranquilidad mental.
- Simplifica tu vestuario
Reduce tu vestuario a pocas prendas. Es decir, haz que todos tus trajes sean iguales, tus camisas o tus blusas seas iguales o del mismo color, o que tus corbatas seas similares,… Simplifica tu vestuario para reducir tiempo y energía a la hora de decidir cada mañana que debes ponerte. Y organiza tu vestuario de forma que a la hora de lavar la ropa no tengas que invertir esfuerzo en separar ropa por colores o tejidos y poner distintas lavadoras. Y elige prendas de fácil planchado o que no necesiten ser planchadas.
- Simplifica tus hábitos culinarios
Huye de platos excesivamente elaborados. Elige platos fáciles de preparar y que no requieran mucho tiempo de preparación ni gran cantidad de ingredientes.
Al final las formas de cocción mas sencillas son las más saludables. Y cuanto menos elaborado esté un plato, menos nutrientes se pierden.
Organiza tu compra para que solo tengas que hacerla una vez a la semana y dedica tiempo a planificar tu menú semanal para ver qué cosas puedes dejar preparadas el fin de semana o aquellos días que tengas mas tiempo, de forma que los días que tengas poco tiempo no tengas que dedicar mucho trabajo a la cocina.
- Evita relaciones tóxicas.
En cuanto a tus relaciones, prioriza aquellas relaciones de amistad que sean más sanas y evita aquellas que para ti sean tóxicas. Sé tú mismo o tu misma y no pierdas tiempo y energía tratando de aparentar ser otra persona o fingiendo tener un estado emocional distinto al que realmente tienes solo por complacer a la otra persona. Acepta a la gente como es y no trates de cambiar a nadie.
- Simplifica tu hogar
Ten el menor número de muebles y objetos de decoración posibles. Dispón solo de aquellos muebles u objetos que sean realmente necesarios. Y deshazte de todos esos trastos que tienes guardados en el altillo o el trastero y que si no has utilizado en el último año es poco probable que vayas a utilizar en el futuro ya.
Evita los animales domésticos y si tienes una casa con jardín minimiza las zonas de césped o simplifica su mantenimiento, por ejemplo mediante césped artificial.
Y estas son las principales recomendaciones del libro. El libro propone 101 formas de simplificar tu vida, aunque yo aquí solo te he detallado las que considero más importantes si quieres reducir tu estrés.
Yo he aplicado en mi vida muchas de estas medidas. Y de todas estas medidas, sin duda, la que más ha contribuido a mantener mi estrés bajo control es el hecho de no tener casa en propiedad ni tener deudas de ningún tipo. Esto, me ha proporcionado siempre una gran paz y una gran tranquilidad. Y gracias a ello he podido cambiar de trabajo en varias ocasiones sin miedo a pensar en lo que podría pasar si todo saliera mal y he tenido libertad a la hora de marcharme a trabajar al extranjero. Por otro lado no tengo coche, cuando tengo que hacer viajes largos siempre me he movido con transporte público.
En el pasado he vivido lejos del trabajo y me ha llevado 45 minutos o 1 hora llegar al trabajo y volver a casa, pero luego pasé a vivir relativamente cerca y a moverme en moto en lugar de metro y con esto conseguí ahorrar en algunos casos hasta 1 hora y media al día.
Aunque está claro que todos tenemos nuestra propia realidad y que no podemos implementar siempre todas y cada una de estas medidas, siempre hay cosas que podemos hacer para simplificar nuestra vida y ganar más tiempo y más energía.
Y ahora es tu turno.
Como parte de tu plan de acción de esta semana, me gustaría que reflexionaras sobre qué medidas podrías implementar para simplificar tu vida.
No dudes más. Y pasa a la acción.
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