¿Tienes tanto trabajo que no te da tiempo a terminarlo todo? ¿No te da tiempo a cumplir los plazos y sientes un gran estrés? ¿Las tareas pendientes se van acumulando y ya no sabes de donde sacar tiempo? ¿Te invade una sensación de asfixia y de angustia?
Hay épocas del año que son especialmente duras, sobre todo los últimos meses.
Además de los picos de trabajo que ya de por si tiene tu profesión durante estos meses, seguramente hay objetivos, proyectos o actividades que tienes que cerrar antes de que finalice el año y es ahora cuando te das cuenta de que apenas te queda tiempo para cumplir con todos tus temas abiertos.
A esto hay que sumarle que por arte de magia te llueven peticiones de trabajo adicionales por todos lados.
Y si encima tu trabajo depende de otras personas o de tu equipo, conseguir que te den aquello que necesitas a tiempo y de la forma en que tú necesitas, es una odisea.
Como todo el mundo está en tu misma situación, percibes que la tensión a tu alrededor es cada vez mayor. Y no solo por parte de tus compañeros o colaboradores, sino también por parte de aquellos que esperan que tu trabajo esté hecho a tiempo.
El resultado de todo esto es que tú sientes una gran angustia.
Aunque ejecutas tu trabajo con prisas, de forma ejecutiva y estás en alerta, tienes una sensación de agobio o de asfixia en alguna parte de tu cuerpo, generalmente en el pecho o en la garganta, que te hace sentir gran incomodidad. Además no puedes dejar de pensar en todo lo que te queda pendiente y no dejas de revivir mentalmente los acontecimientos que tendrán lugar en caso de que no te dé tiempo. Y esto te lleva a experimentar bloqueos y falta de claridad mental que hacen más difícil todavía que cumplas tu objetivos. Y para colmo, tienes problemas para conciliar el sueño.
Sé que no aguantas más y necesitas saber qué hacer para acabar con esa sensación de angustia.
Pues bien, aunque no te guste, espero que me des permiso para decirte lo siguiente.
Aquí hay un problema más profundo de lo que piensas. Como es la realidad que estás viviendo, para ti es normal llegar a esta situación, pero me gustaría decirte que una vez pase este huracán sería bueno que abrieras una ventana a la reflexión para identificar que deberías cambiar en tu vida y en tu forma de trabajar para conseguir evitar este tipo de situaciones.
Y aunque ahora ya es demasiado tarde para conseguir que todo se solucione repentinamente, sí que te daré una serie de recomendaciones o de remedios de urgencia para que consigas reducir la sensación de angustia y sentirte mejor:
• Recupera la serenidad.
El primer paso es recuperar la serenidad, que es en definitiva el lugar desde el que conseguirás los mejores resultados.
Para que tu productividad sea lo más eficaz posible lo más importante es que tú estés bien. Los nervios y el estrés no son buenos compañeros en situaciones límite.
Meditar reducirá tu ansiedad desde el primer momento, por lo que si realmente te sientes mal, no dudes más y agéndate diez minutos para llevarlo a cabo, y si eres de esas personas que piensan que no tienen tiempo, que sepas que tu productividad se disparará, por lo que el resultado será conseguir una mayor energía y un mayor tiempo.
No te ancles en la queja, tú te mereces estar bien, así que pasa a la acción y regálate diez minutos de meditación. Tu equilibrio mental te lo agradecerá.
• Reduce la carga emotiva de la situación
Reducir la carga emocional del momento conectando con los siguientes pensamientos te ayudará a sentirte mejor:
◦ Eres un ser humano, con tus virtudes y con tus defectos, y como tal tienes tus limitaciones. Habiendo hecho todo lo posible, habiéndote esforzado en tu máxima expresión, habiéndote entregado por completo, no hay nadie en el mundo que tenga derecho a decirte nada, de modo que recupera la tranquilidad.
◦ Por muy grave que sea la situación que estás viviendo y por muy importante que te parezca en este momento ¿De verdad crees que es tan importante? ¿Dentro de diez años te acordarás de ello? ¿Es tan clave como para almacenarlo en tu memoria como uno de los momentos críticos de tu vida? Seguramente no, por lo que concédele la importancia justa. Ya sabes que al final el tiempo pone todo en su sitio, y en unas semanas las aguas habrán vuelto a su cauce.
◦ No hay nada que sea tan importante. Eres una mota de polvo en la inmensidad del universo. Mira hacia el cielo y descubrirás que eres un ser minúsculo en este planeta que a su vez es minúsculo cuando lo comparas con otras galaxias que a su vez son minúsculas cuando las comparas con otros universos… Ni tú ni tu trabajo sois tan importantes.
◦ Reflexiona sobre que es lo peor que puede pasar. Te darás cuenta de que no es tan importante. Enfocate en tus seres queridos y en aquellos que realmente son importantes para ti y sentirás que la intensidad y el miedo del momento pierden fuerza.
• Prioriza
Ahora que ya has conseguido reducir la carga emocional del momento y sentir mayor serenidad, es momento de pasar a la acción. Y lo primero es priorizar. Poner en una lista todo aquello que tienes pendiente te permitirá sentirte mejor.
Cuando no lo ves por escrito, en tu mente siempre parece mucho mayor. Así que reserva media hora para llevar a cabo esta lista, aunque pienses que no dispones de ese tiempo y que necesitas invertir cada minuto en hacer frente a tu trabajo, este ejercicio liberará gran espacio mental en tu cabeza y esto se traducirá en una mayor energía y en una mayor productividad.
Una vez tengas el listado identifica aquellas actividades que sean más urgentes y más importantes y enfócate en ellas. Si es necesario confírmalo con tu superior. Y procura también que tu equipo priorice estas actividades.
También sería bueno que asignaras un plazo de tiempo a cada actividad pendiente para que tomes conciencia de cuanto tiempo deberíais dedicarle a cada una para que te de tiempo a cumplir con todas ellas de aquí a final de año.
• Ten claro el objetivo y no te pierdas en los detalles.
Una vez hayas identificado aquellas actividades que son prioritarias enfócate en ellas procurando ser lo más eficaz posible.
Y para ello es necesario que te preguntes cual es el objetivo de la actividad que vas a ejecutar y que es lo estrictamente necesario para cumplir con ese objetivo de forma que el trabajo sea suficiente.
Tener claro el objetivo de la actividad te permitirá evitar perderte en los detalles y huir del perfeccionismo.
En este momento y dada la situación no es necesario que hagas un trabajo excelente, basta con que sea lo suficientemente bueno. Seguramente, cuando lo termines te darás cuenta de que igualmente has hecho un gran trabajo.
• Maximiza tu enfoque
Sigue un orden y ejecuta tu trabajo sin prisa pero sin pausa. Has priorizado tus actividades así que manten el enfoque en aquello que estas haciendo. Evita hacer varias cosas a la vez y no pases a la siguiente actividad hasta que termines la anterior. Detrás de una cosa otra.Eres pura concentración. Mantente en el aquí y en el ahora y no permitas que pensamientos negativos de ningún tipo te distraigan.
Entiendo lo mal que lo pasas en estos momentos y sé como te sientes. Pero lo más importante para que superes esta situación es que tú estés bien y que trabajes desde la serenidad y el equilibrio, solo así conseguirás unos resultados extraordinarios.
Cuando todo esto pase seria bueno que reflexionaras sobre qué medidas deberías emprender para que esto no vuelva a ocurrir. En mi opinión este tipo de situaciones pueden deberse a distintas causas; necesidad de mejorar la planificación, evitar la procrastinación, necesidad de asumir responsabilidades que se ajusten a los recursos de los que dispones, aprender a decir no, evitar el perfeccionismo… deberás pensar en que necesitas mejorar y tomar acción.
Ahora tienes muy presente el problema y sabes lo mal que te sientes, y posiblemente estés pensando que cuando pase este huracán te pondrás con ello. Pero necesitas tomar conciencia de que tu cerebro está diseñado para olvidar el sufrimiento y almacenar en tu inconsciente los recuerdos negativos. Gracias a su sabiduría de aquí a unos meses, cuando sea factible que dispongas de tiempo para emprender este trabajo de reflexión, apenas te acordarás de cómo te sientes ahora. Por lo que es probable que de no hacer nada, el año que viene vuelvas a vivir nuevamente esta situación. Así que te voy a invitar a que aquí y ahora te agendes un plazo de tiempo, puede ser una mañana, puede ser todo un día, para que dentro de dos o tres meses, lo que consideres necesario, reflexiones y diseñes acciones concretas que implementarás durante el año para que esto no ocurra de nuevo.
Para conseguir resultados diferentes es necesario que pienses y actúes de forma diferente.
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