Qué es el estrés y cómo eliminarlo

¿Sientes que no das a basto? ¿Tienes tanto trabajo que no sabes por dónde empezar?¿Acabas a las mil? ¿Te llevas el trabajo a casa? ¿Siempre tienes en la cabeza alguna tarea pendiente? ¿Tienes la sensación de que algo malo va a pasar? ¿Tienes problemas para conciliar el sueño? ¿Estás somatizando el estrés a través de dolores cervicales o de espalda, dolores en el pecho, eccemas, problemas intestinales o de estómago…?¿a veces te falta claridad mental? ¿Sientes angustia o incluso ganas de llorar? 

Enhorabuena el estrés está aquí para comunicarte algo.

Pero ¿Alguna vez te has planteado que es el estrés?

El estrés es una reacción fisiológica de tu organismo;

  • Para afrontar una situación que de alguna manera estás percibiendo como una amenaza, o;
  • Para afrontar una situación que estás percibiendo como desbordante.

El estrés es un respuesta natural y necesaria que en dosis adecuadas te está permitiendo afrontar o adaptarte a situaciones complejas.

No obstante si se mantiene de forma sostenida en el tiempo se convierte en perjudicial.

Por ejemplo, imagínate que tienes que acabar un proyecto en una semana y que eso para ti es muy poco tiempo.

Tu cuerpo reaccionará sacando a flote el estrés y te activará haciendo que sientas una mayor vitalidad para que tú seas capaz de conseguir tus resultados.

El estrés habrá actuado sobre ti de forma positiva.

Pero si todas las semanas tienes un proyecto importante que acabar, es decir, en lugar de estar sometido a una semana de estrés estás sometido a meses o incluso años de manera permanente, la cosa cambia ¿Verdad?

Y de igual modo si la cantidad de trabajo que tienes que hacer es excesiva con respecto a los recursos que tienes para afrontar esa carga de trabajo.

Por tanto, podemos distinguir dos tipos de estrés, un estrés positivo (Eustrés) y un estrés negativo (Distrés):

  • Eustrés

Todos tenemos cierto grado de estrés todos los días y de hecho es bueno que lo tengas, ya que  ello te permite sentir mayor actividad y mayor energía a la hora de afrontar determinadas situaciones de tu día a día.

Una ligera activación como consecuencia del estrés en determinados casos puede ayudarte, como por ejemplo a la hora de hablar en público o cumplir con plazos de tiempo ajustados.

  • Distrés

El problema es cuando el estrés se convierte en desagradable y conlleva un exceso de esfuerzo en relación a la carga.

En estos casos el estrés provoca sufrimiento y desgaste personal

Este estrés puede surgir en diversas situaciones, pero cuando surge en el contexto profesional se le llama estrés laboral.

Según un estudio llevado a cabo por la Organización Mundial de la Salud, el 28% de los trabajadores europeos sufre estrés laboral, y el 20% padece el síndrome llamado “burnout”.

¿Cómo funciona el estrés?

El estrés dispara tus miedos de forma que cuando sientes temor tu sistema nervioso comienza a liberar una serie de hormonas, entre las que se encuentra la adrenalina y el cortisol, que activan tu organismo para que estés en disposición de afrontar una situación de emergencia.

Tu corazón comienza a bombear la sangre con más fuerza y tu presión aumenta, tus músculos se tensan, tu respiración se acelera y tus sentidos se vuelven más agudos.

De esta forma mediante estos cambios físicos consigues aumentar de forma inmediata tu fuerza, tu resistencia, la velocidad de tu tiempo de reacción y tu enfoque.

Es lo que habitualmente se conoce como una respuesta de “lucha” o “huida” y es la forma que tiene tu cuerpo de protegerte.

Fíjate que esta capacidad cuando te encuentras ante amenazas reales es muy útil.

Y si lo piensas era especialmente útil hace cientos de años cuando el ser humano era únicamente cazador y recolector y podía encontrarse amenazas imprevistas como animales salvajes, etc.

El tema es que la sociedad ha evolucionado mucho más rápido de lo que lo ha hecho nuestra biología y tu estás reaccionado a amenazas y riesgos modernos de la misma forma en que el ser humano  lo hacía hace miles de años.

¿Qué síntomas tiene el estrés?

Algunos de los síntomas que puede tener el estrés son síntomas que se manifiestan a nivel físico y síntomas que se manifiestan a nivel emocional:

  • Síntomas físicos: Tensión muscular y contracturas, problemas intestinales o estomacales, presión en el pecho, migrañas…
  • Síntomas emocionales: Ansiedad, irritabilidad, miedo, inseguridad, dificultades para concentrarse, dificultad para tomar decisiones, bajo estado de ánimo, depresión…

¿Cómo se puede solucionar?

La suerte es que el estrés se puede reducir o eliminar aprendiendo a gestionarlo.

La mayoría de la gente piensa que el origen del estrés es la falta de tiempo, y esto no es así.

El estrés no es únicamente fruto de la falta de tiempo.

Existen una serie de creencias y emociones que es necesario gestionar para poder reducirlo o eliminarlo.

Aunque tú no te des cuentas,  a nivel educativo, social y cultural has ido acumulando una serie de creencias que de forma consciente o inconsciente  te empujan a trabajar en exceso, como por ejemplo la creencia de que cuanto más trabajas mejor profesional eres, la creencia de que estar estresada o estresado es algo bueno y está bien visto…

Cuando lo realmente importante es cumplir el objetivo con independencia de la cantidad de energía que tengas que poner para cumplirlo: si es menos, mejor.

En nuestra cultura existen una gran cantidad de creencias y refranes pertenecientes al imaginario colectivo que te invitan a trabajar duro y en exceso, un ejemplo son refranes o expresiones tan comunes como estas: Al que trabaja Dios le ayuda. El que algo quiere algo le cuesta. El trabajo dignifica. Te ganarás el pan con el sudor de tu frente

Además las creencias que tengas sobre el dinero y la relación que mantengas con esta energía también pueden estar afectando a tu falta de tiempo. 

Por ejemplo, si has crecido en una familia donde se ha concedido excesiva importancia al trabajo a la hora de contribuir monetariamente al hogar y eran comunes frases del tipo “el dinero cuesta mucho de ganar” es probable que actualmente vivas una realidad en la que el dinero cueste mucho de ganar.

A nivel emocional es crucial eliminar o reducir la intensidad de algunos miedos que empujan a trabajar en exceso y a sentir agotamiento, como por ejemplo el miedo al error, miedo al despido, miedo a ser la primera persona en levantarse de la silla y abandonar la oficina, miedo al fracaso, miedo a lo que puedan pensar terceros en caso de que se fracase, miedo a decepcionar a la familia…

Trabajar todas estas creencias y emociones te ayudará a eliminar y reducir el estrés.

Pero sin duda la herramienta que más te ayudará es introducir la meditación como un hábito diario en tu día a día y el trabajo con la respiración.

Recuerdo que en mis  primeros años de trabajo estaba de subidón todo el día. Me encantaba esa sensación de euforia y de energía. Me sentía increíblemente activo. Y afrontaba los retos de mi trabajo diario con entusiasmo y alegría.

En ese momento no lo sabía pero esto era estrés positivo y me servía de gran ayuda para cumplir mis objetivos. Me permitía aumentar mi productividad, aumentar mi enfoque y concentración, aumentar mi rapidez a la hora de pensar y llegar a conclusiones, tomar decisiones de forma rápida y eficiente,  mejorar mis habilidades sociales… esta sensación era maravillosa.

De hecho en los días o periodos en que sentía una menor actividad era yo mismo quien intentaba provocarme  este estado consumiendo mayor cantidad de café, vitaminas…

Cuando tiempo después, comencé a sentir molestias consecuencia del estrés al principio no sabía a qué se debía. De hecho pensaba que esas molestias ya se me pasarían e intentaba no darle al tema excesiva importancia.

Pero cuando comencé a ver que no se iban, se convirtieron en un lastre. Y fue cuando empecé  a sentir irritación, agotamiento… No hacía más que preguntarme porque me estaba pasando aquello a mí.

En ese momento no me daba cuenta, pero por debajo había un montón de creencias, miedos y emociones que me empujaban a seguir estresado.

Y por supuesto, la situación se fue haciendo cada vez más insoportable.

Llegó un momento en el que me dije: Tengo que elegir. El estrés o yo.

Y fue cuando comencé a aprender a gestionar mi estrés.

Hoy en día soy yo quién controla al estrés y no el estrés quién me controla a mí.

Y la verdad que mirando hacia atrás en el tiempo, no siento más que agradecimiento, porque gracias al estrés no sólo he evolucionado como profesional,  sino también como persona.

Ahora sé que el primer paso hacia el liderazgo es aprender a conseguir resultados óptimos desde el equilibrio, la paz y la serenidad. Y que sin esto el liderazgo no es sostenible.

¡Y ahora es tu turno! Como parte de tu plan de acción de esta semana me gustaría que reflexionaras sobre tu estrés e identificaras si es positivo o si es negativo, y en caso de que sea negativo reflexiona sobre cuando se produjo el cambio de estrés positivo a estrés negativo y por qué.

Por cierto, me gustaría decirte que ahora tienes disponible mi curso gratuito Súper Enfoque, el curso que te ayudará a desarrollar tu atención plena. Un curso en el que durante cinco días ejercitaremos juntos tu capacidad de atención. Un curso que te ayudará a mejorar tu capacidad para mantenerte en el momento presente, te ayudará a mejorar tu productividad y te permitirá vivir mas concientemente aquellas cosas que te hacen feliz en la vida.

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