Por qué no vas a ser un buen líder hasta que tengas una buena autoestima

Tu empresa es una gran carpa de circo donde cada día se desarrolla una función y en la que aparecen varios personajes.

Por un lado está el domador de leones y sus leones. Tenemos al trapecista, que  no tiene ningún tipo de aversión al riesgo, que se atreve  con todo y que justo por eso despierta gran admiración. Tenemos al  hombre orquesta que con su tambor, su trompeta, sus platillos y el resto de instrumentos se encarga de tocar una sinfonía por si solo sin ayuda de nadie. Tenemos el payaso que no hace más que liarla parda como resultado de sus propias acciones pero que finalmente siempre consigue liberarse y salir airoso de cada problema.

Pero hoy quiero hablar de la mujer barbuda.

La mujer barbuda es uno de mis personajes favoritos. La mujer barbuda es un personaje que despierta gran asombro y admiración entre los asistentes a la función justo por mostrar públicamente aquello que otros jamás se atreverían a mostrar. La naturaleza le ha dotado con curvas de mujer y barba de hombre.  Cualquier persona en su lugar se sentiría horrorizada y se escondería en su madriguera sin salir a la calle. Pero ella se ha armado de valor y ha salido al escenario para mostrar todos sus defectos. Y es justo ahí, en sus defectos, donde radica todo su éxito.

Al contrario de lo que piensas la mujer barbuda es un personaje empoderado y con una alta autoestima, y éste es el motivo por el que a mí me fascina. Ha hecho su trabajo de reflexión para identificar cuáles son aquellos rasgos personales y aquellos  dones que la naturaleza  le ha dado. Se ha preguntado ¿Quién soy yo? ¿Cómo soy? ¿Cómo puedo poner mis dones al servicio de los demás? Y con determinación y gran seguridad en sí misma se ha lanzado al escenario.

Como resultado ha obtenido un asombroso éxito.

¿Porque te estoy diciendo todo esto?

En tu día a día, sientes que te sometes al juicio de muchas personas y vives muchas situaciones en las cuales te cuesta mostrarte como tú eres y en las que te ocultas tras el silencio o tras la inacción.

Mantienes oculto algún rasgo de tu personalidad que crees que es un defecto o una debilidad.

Puede que seas una persona muy emocional y empática y que ocultes este rasgo tras una fachada de rigidez porque pienses que la emotividad no es un rasgo que deba tener un mando intermedio, y mucho menos la alta dirección.

O puede que seas una persona con facilidad para obtener una visión general de los temas sin necesidad de profundizar en ellos, pero pienses que una persona en un cargo de responsabilidad como el tuyo deba ser conocedora de hasta el último detalle de los temas, y no te pares a valorar tu capacidad para tomar decisiones eficientes y eficaces con poca información…

Hay multitud de ejemplos.

Pero lo que quiero hacerte ver,  es que en muchas ocasiones  lo que tú crees que son tus debilidades, no son realmente tus debilidades, son tus fortalezas.  Simplemente tienes la creencia de que es una debilidad.  Hay un rasgo que define tu personalidad que no estás mostrando por miedo a exponerte, pero que probablemente tiene una gran utilidad, solo que tú mantienes esa habilidad oculta.

Por ejemplo, si nunca hablas en las reuniones o crees que no comunicas bien los temas a la dirección, seguramente hayas desarrollado una  capacidad de escucha por encima de la media, de forma que eso haya desarrollado en ti la capacidad de dar en la diana cada vez que das tu opinión. Y es probable que  tus opiniones y tus comunicaciones sean mucho más certeras y se ajusten a las necesidades del momento de una forma más exacta que la de los demás, debido a tu capacidad de escucha. Pero si mantienes esto oculto, estas privando al mundo de uno de tus dones.

O por ejemplo, si crees que eres una persona desorganizada e incapaz de planificar u organizar equipos, probablemente tengas la habilidad de moverte bien en el caos y en la incertidumbre. Imagínate lo valioso que puede llegar a ser esto en situaciones de crisis o de plazos extremadamente ajustados. Pero si lo mantienes oculto no estas permitiendo poner esa habilidad al servicio de los demás.

Con esto no quiero decir que no tengas áreas de mejora. Con esto quiero decir que muchas veces estás desperdiciando la potencialidad que hay en ti, simplemente por creencias limitantes o miedos que necesitas  trascender.

Y para ello es vital contar con  una buena autoestima.

Porque solo en el momento en el que observes tus luces y tus sombras con objetividad serás capaz de hacer uso de las mismas para ponerlas al servicio de aquello que quieres conseguir. 

Y sea cual sea tu objetivo,  bien conseguir resultados desde el equilibrio, la paz y la serenidad o bien conseguir ese puesto en la alta dirección que tanto deseas, vas a tener que trabajar tu autoestima, trascender tus miedos y superarlos. Porque el universo solo nos da las cosas cuando estamos preparados para recibirlas. Y la forma de prepararte es ir superando esos obstáculos que la vida te va poniendo por delante.

Por lo que ¡No dudes más y actúa! Durante esta semana me gustaría que reflexionaras sobre cuáles crees que son tus debilidades y reflexiones sobre si son realmente debilidades y de qué forma les puedes sacar partido.

Por cierto, me gustaría decirte que ahora tienes disponible mi curso gratuito Súper Enfoque, el curso que te ayudará a desarrollar tu atención plena. Un curso en el que durante cinco días ejercitaremos juntos tu capacidad de atención. Un curso que te ayudará a mejorar tu capacidad para mantenerte en el momento presente, te ayudará a mejorar tu productividad y te permitirá vivir mas concientemente aquellas cosas que te hacen feliz en la vida.

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