Por qué el deporte mejora tu productividad

¿Piensas que si sales antes de la oficina para hacer deporte no te va a dar tiempo a acabar tu trabajo? ¿Piensas que para ir solo un par días al gimnasio, mejor no ir? ¿A medida que pasan los años sientes que cada vez cuentas con menos energía? ¿Sientes cansancio y pesadez? ¿Tienes dolores de espalda o cervicales? ¿Afecta esto a tu productividad?

Sí. Yo también era una de esas personas que no hacía deporte porque se decía que no tenía tiempo.

Miento. Lo que hacía era pagar el gimnasio. Y luego no ir.

Me pasaba el día diciéndome “Venga que hoy sí que voy a poder ir” , “Animo, que si te das prisa en acabar esto, hoy podrás ir al gimnasio”.

Pero a última hora siempre surgía algo importante y acababa por no ir.

Otros días comenzaba a pensar que si iba al gimnasio y no terminaba la tarea que tenía entre manos no me iba a dar tiempo a cumplir con los plazos previstos para acabar el trabajo.  Y decidía no ir.

Los días que conseguía salir un poco antes y tenía tiempo para ir al gimnasio me decía “Mira, para ir sólo un día, mejor no voy” o “Después de no haber ido en toda la semana, ir un día sólo no me va a servir de nada”.

Y  por supuesto, durante estos periodos,  comenzaba  a comer fatal. Por qué si no iba al gimnasio ¡Para qué iba a cuidar mi dieta!

El resultado es que vivía completamente frustrado.

Porque cuando te pones un objetivo y constantemente lo incumples, acaba aflorando la frustración y  su consecuente sensación de desmotivación. Vamos, que comienzas a pensar que no sirves para nada (si quieres profundizar sobre este tema, te lo explico de forma más extensa en mi post sobre “El motivo por el que no consigues tus objetivos”).

Y el tema es que a mí me encantaba hacer deporte.

En esa época, trabajaba como auditor y me pasaba la vida engordando y adelgazando.

La auditoría es un trabajo que está sujeto a una alta temporalidad, es decir, la carga de trabajo durante los meses posteriores a los cierres anuales (aquí en España coincide con los meses de invierno) es muy alta. Y luego durante los meses de junio, julio y agosto la carga de trabajo disminuye.

Así que en la época de mayor carga de trabajo engordaba y en la época de menor carga de trabajo adelgazaba. Y así año tras año. Ahora me río. Pero durante esa época no me hacía ninguna gracia.

Años más tarde, cuando comencé a gestionar mi tiempo adecuadamente, conseguí arañar tres horas a la semana para poder destinarlas a hacer deporte de forma más constante.

Y ¿Sabes de que me di cuenta?

Básicamente me di cuenta de que tenía dos creencias irracionales que me habían estado impidiendo hacer deporte y llevar una vida más equilibrada a nivel profesional.

Y años más tarde, cuando comencé a trabajar como coach ejecutivo me di cuenta de que estas creencias estaban más extendidas de lo que pensaba.

Así que te voy a contar las dos creencias que probablemente te están impidiendo hacer deporte:

  • Primera creencia Irracional: Cuanto más tiempo dedicas a trabajar más cantidad de trabajo consigues realizar.

La primera creencia irracional que yo tenía era el hecho de pensar que cuanto más  horas dedicaba al trabajo  más cantidad de tareas conseguía realizar.

Es decir,  pensaba que cuanto más tiempo dedicaba a mis proyectos más rápido avanzaban estos.

Estaba a acostumbrado a pensar en términos de tiempo. Y no en términos de energía.

Cuando comencé a hacer deporte y conseguí ser constante, me di cuenta de que mis niveles de energía mejoraban.

Yo me sentía con una mayor vitalidad. Me costaba menos concentrarme y me sentía más relajado.

Y todo esto se traducía en unos mayores resultados.

Conseguía realizar una mayor cantidad de trabajo. Era más rápido, más productivo, mas ágil… y esto hacía que hiciera un uso de mi tiempo mucho más eficiente.

Por lo que trabajando menos horas conseguía finalizar más cosas y avanzar más rápido en mis proyectos.

(Sí quieres saber por qué, dale al play y escucha el podcast!).

¡No te parece asombroso! ¡Y yo me había pasado años pensando que salir antes del trabajo para ir al gimnasio era una pérdida de tiempo!

  • Segunda creencia Irracional: Para hacerlo mal, mejor no lo hagas.

Muchas veces las personas que se exigen mucho a nivel profesional son personas muy perfeccionistas.

Y de la misma forma que son exigentes con cada una de las cosas que hacen en su trabajo cada día, también lo son con sus vidas fuera del trabajo.

Lo que ocurre con el perfeccionismo y las personas perfeccionistas es que en muchos casos se dicen a si mismas “para hacerlo mal, mejor no lo hago”.

Lo peor de todo es que muchas veces esto es un  proceso inconsciente.

Es decir, muchas veces las personas perfeccionistas dejan de hacer cosas o no afrontan nuevos retos porque piensan que algo les va a costar tanto trabajo o tanto esfuerzo que no se ven capaces de afrontarlos o no saben por donde empezar y de alguna forma se ponen excusas para no hacerlo.

Y esto es lo que de alguna manera me estaba pasando a mi.

Siempre había hecho mucho deporte. Solía hacer deporte cinco o seis días a la semana, de media dedicaba a hacer deporte una hora y media cada día.

De esa forma conseguía los resultados que quería.

Y cuando no era capaz de seguir esa rutina, pensaba que no estaba consiguiendo lo que me había propuesto. Y que por tanto no servía de nada hacer deporte.

Hasta que un día me dije “Mira, mejor poco que nada” “Haz lo que puedas y ya está”.

Y lo que ocurrió es que me di cuenta de que haciendo tres horas de deporte a la semana también conseguía resultados.

No eran unos resultados tan extremadamente buenos como los que conseguía acudiendo seis días a la semana al gimnasio, pero eran unos resultados, y eran buenos resultados.

El perfeccionismo me había estado limitando a la hora de hacer deporte.

Así que esta fue mi experiencia. Años más tarde cuando comencé a trabajar con mandos intermedios y profesionales con un alto nivel de presión para ayudarles a gestionar su estrés y me documenté sobre los beneficios del deporte a nivel cognitivo descubrí que el deporte activa nuestra farmacia interior para ponerla al servicio de nuestro cuerpo.  Te hablo de ello en el podcast por lo que si quieres saber más no tienes más que darle al play.

Por cierto, me gustaría decirte que ahora tienes disponible mi curso gratuito Súper Enfoque, el curso que te ayudará a desarrollar tu atención plena. Un curso en el que durante cinco días ejercitaremos juntos tu capacidad de atención. Un curso que te ayudará a mejorar tu capacidad para mantenerte en el momento presente, te ayudará a mejorar tu productividad y te permitirá vivir mas concientemente aquellas cosas que te hacen feliz en la vida.

Pues puedes empezar ahora mismo apuntándote aquí:


Para que la suscripción sea válida tendrás que confirmar el mail que te llagará a tu correo.

Deja tu comentario

Tu correo electónico no será publicado. Los campos obligatorios estan marcados con un *