Lo que nadie te cuenta sobre cómo recibir feedback

Escúchame, si quieres, en la versión podcast:

¿Alguna vez has recibido un feedback con el que no estabas de acuerdo? ¿Te han han hecho una corrección que no merecías y aún así te has mantenido en silencio?

¿Cómo recibes el feedback? ¿Te sientes culpable por no haber hecho algo bien? ¿O te pones a la defensiva?

¿O eres de esas personas que dicen sí cuando en realidad están pensando no?

El feedback esta de moda. Y no haces más que escuchar lo bueno que es recibir feeback.

Y aunque en muchas ocasiones te ha venido muy bien recibir feedback, en más de una ocasión has tenido que aguantar como te daban un feedback con el que no estabas de acuerdo.

Como si no tuvieras espíritu crítico o capacidad de pensamiento propio.

No soy yo quién vaya a demonizar el feedback.

De hecho me parece que es un bien muy valioso.

Pero en ocasiones no es fácil recibir feedback. De hecho en mi opinión recibimos el feedback de forma muy emocional.

Si eres una persona excesivamente responsable, lo recibes desde la culpa, comienzas a sentirte mal por haber cometido un error o por haber hecho algo mal , te entristeces, te debilitas y te quedas sin energía. Y lo peor de todo es que tu crítico interno aflora y no deja de castigarte, diciéndote lo mal profesional que eres,  lo tonto o tonta que eres, y cuanto mejor que tú son todos los demás….

Si eres una persona con una estructura mental no muy flexible, te cuesta asumir como verdad cualquier tipo de certeza que pueda haber en ese feedback. Y el comentario recibido te enciende,  te enfada y te da rabia.

No hacen más que decirnos lo bueno que es recibir feedback.

Pero seamos sinceros, en muchos casos el feedback ataca directame a nuestra autoestima, y especialmente si la persona que emite el feedback no sabe como hacerlo, y por eso es importante que nos preparemos para recibirlo y sobretodo que pensemos en una estrategia para restarle carga emocional.

Por eso hoy me gustaría contarte lo que nadie te cuenta sobre como recibir feedback (aunque esto no sea lo que te cuentan en los libros de managament)

  • El feedback no habla de ti. El feedback habla de la persona que lo emite.

Lo primero que necesitas saber es que el feeddback no habla de ti. El feedback habla de la persona que lo emite.

Las personas observamos el mundo desde nuestro propio prisma.

Cada persona tiene un sistema de creencias distinto que en algunas cosas puede coincidir con el de otras personas, pero en otras cosas no.

Esto es muy fácil de entender con algunos ejemplos.

Por ejemplo la huelga a la japonesa y la huelga occidental son dos formas muy distintas de afrontar un mismo problema ¿Por qué son tan diferentes?

Pues porque las personas que la llevan a cabo tienen formas de ver el mundo muy distintas.

O por ejemplo,  en la época barroca una persona con sobrepeso era una persona que estaba alineada con los cánones estéticos de aquella época y ahora sin embargo se lleva la delgadez.

El sistema de creencias y la forma de ver el mundo que se tenía en aquella época eran muy distintos al sistema de creencias y la forma de ver el mundo que tenemos en la actualidad.

La conclusión es que un mismo hecho puede ser interpretado de distinta forma por dos personas.

Pues bien, esto sigue pasando en nuestros días y en tu entorno de trabajo.

Las personas tenemos sistemas de creencias distintos. Y nuestro sistema de creencias no tiene por que ser el válido. Pero el de la persona que esta emitiendo el feedback tampoco tiene porque serlo.

A esto, además hay que sumarle que nuestra información está sesgada. Es decir, la persona que te da el feedback puede estar condicionada por algo que nosotros no sepamos, o puede que tenga algún tipo de información que nosotros no tengamos.

Por ejemplo puede que tengas un jefe excesivamente competitivo al que le guste ganar siempre y que te aconseje que no colabores con otros departamentos o direcciones.

En este caso su feedback podría ser que no enviases nada a ningún otro departamento sin que fuese revisado por él, o que no compartieses información por si ese otro departamento hace uso de una información …

Tu jefe piensa que para obtener el mejor resultado posible, es necesario no colaborar.

Y cuando te da su feedback lo hace con la mejor intención porque piensa que a ti te vendría bien actuar también de esa forma.

Pero esta es su forma de entender la vida y entender el trabajo y no tiene porque ser una verdad absoluta.

Te voy a dar otro ejemplo.

Imagínate que tienes un jefe excesivamente perfeccionista y analista y necesita que todos los trabajos tengan un alto nivel de calidad y excelencia, incluido formatos, detalles, contraste de la información…

E imagínate que tú eres una persona muy enfocada a cumplir el objetivo de forma rápida y pragmática.

Tu jefe podría darte como feedback que prestes más atención a la estética del trabajo o a los detalles, o al chequeo de cada una de las cifras…

Pero podría ser que esto no fuese necesario y que sin necesidad de tanto trabajo adicional, ya se estuviese cumpliendo el objetivo que se perseguía con ese trabajo.

Otra cosa que tienes que tener en cuenta, es que le estás haciendo de espejo a tu jefe o a la persona que te esté proporcionando el feedback.

Es decir, si estás ante una persona que no se permite aparentar nunca inseguridad, cualquier atisbo de inseguridad en un tercero la va a tomar como una debilidad a mejorar (olvidándose de que la inseguridad es una emoción normal)

Si estás ante una persona que no se permite ser cercana o colaborativa, cualquier atisbo de cercanía o colaboracionismo en un tercero, lo va a tomar como una debilidad a mejorar

O por ejemplo una persona que no se permite parar ni un minuto y que esté muy enfocada en la acción,  y que se encuentre frente a  una persona muy reflexiva y metodica, podría ver a esta persona con una debilidad a mejorar

No te olvides que hacemos de espejo a las personas que nos rodean.

La conclusión es que “el feedback no habla de ti, el feedback habla de la persona que esta emitiendo ese feedback”.

Ser consciente de esto es muy importante.

No solo porque te permite desarrollar tu espíritu crítico (aspecto que te será de vital importancia en un puesto de dirección) sino porque al ser consciente de esto, el feedback pierde mucha carga emocional.

Cuando sabes esto, el feedback deja de apuntar de forma tan directa a tu sentimiento de culpa o a tu rabia.

Y el hecho de tener una menor implicación emocional te permite recibir su contenido con mayor espíritu crítico.

  • Cuestiona la fuente de la información

Tendemos a pensar que una persona con un mayor nivel de responsabilidad, simplemente por eso, tiene la verdad absoluta.

Pero se nos olvida que esa persona también se puede equivocar.

Es importante que te cuestiones la fuente de la información.

Cuando recibes un feedback, una persona está valorando en base a unos criterios de medición y en base a un baremo, si lo que has hecho está bien o está mal.

¿Pero quién te asegura que el baremo utilizado por esa persona es el correcto? ¿Quién te asegura que el criterio en si es el correcto?

Imagínate que eres informático y que tu jefe aprendió programación 30 años antes que tú.

La programación ha evolucionado mucho desde entonces. Pero tu jefe sigue dictaminando si un trabajo esta mejor o peor en base a la programación que él aprendió.

En este caso ¿Cuánto de verdad habría en ese feedback?

Por tanto es importante que cuestiones la fuente.

  • Escucha el feedback

Pero todo lo que te he dicho hasta ahora no te lo he dicho para que niegues el feedback.

Te lo he dicho para que actives tu espíritu crítico.

Recibe ese feedback con agradecimiento.

Escúchalo de forma activa y con atención.

Y aprovecha el momento para hacer las preguntas que consideres necesarias.

Pero recibe esta información con objetividad y sin juzgar.

Tómalo como una simple fuente de información.

  • Evalúa si ese feedback contribuye a la consecución de tus objetivos.

Tendrás que pensar si ese feedback contribuye a tus objetivos o no.

Imagínate que trabajas en un entorno de trabajo donde estáis faltos de personal y tenéis muy poco tiempo para ejecutar el trabajo, y tu foco es la productividad y tu objetivo es hacer las cosas de la forma más eficiente y eficaz posible…

Si recibieras un feedback, que te llevara a perder mucho tiempo en detalles que no son necesarios o esenciales, no estarías cumpliendo con tu objetivo de hacer las cosas de la forma lo más productiva posible.

Por tanto no tendrías porque recibir ese feedback y proceder de la forma en que se te dice y a está.

Aquí tendrías que negociar o hacer uso de tu capacidad de persuasión e influencia para conseguir hacer las cosas de forma que todos os sintáis cómodos con el resultado final.

Ya sabes que negociar no es resistirse o decir no directamente.

Negociar es decir sí, pero a cambio de algo.

En este caso, podrías decir que estás de acuerdo y que lo harás de esa forma siempre, y que para ello necesitas más recursos.

  • Pasa a la acción.

Si el feedback es bueno para ti, para tu trabajo o te ayuda a conseguir tus objetivos personales y profesionales, identifica como ese feedback se puede traducir en acciones concretas y comienza a ejecutarlas.

En mi opinión el feedback es un tesoro y hay que agradecer que aflore de vez en cuando.  Y es importante recibir ese feedback con humildad.

Pero en ocasiones recibimos el feedback con excesiva humildad y se nos olvida que tenemos capacidad de pensamiento propio y espíritu critico

Y esto no se te tiene que olvidar  nunca

Por eso no te identifiques con el feedback recibido. Intenta observarlo desde fuera como si fueras un observador. Y tómalo como una simple fuente de información

Reflexiona sobre que aspectos del mismo son ciertos y que aspectos no lo son y si es necesario que introduzcas cambios en tu forma de trabajar o no.

¡Y ahora es tu turno!

Como parte de tu plan de acción de esta semana me gustaría que reflexionaras sobre la forma en que recibes feedback y cuanta carga emocional le pones habitualmente a ese momento.

 

Por cierto, me gustaría decirte que ahora tienes disponible mi curso gratuito Súper Enfoque, el curso que te ayudará a desarrollar tu atención plena. Un curso en el que durante cinco días ejercitaremos juntos tu capacidad de atención. Un curso que te ayudará a mejorar tu capacidad para mantenerte en el momento presente, te ayudará a mejorar tu productividad y te permitirá vivir mas concientemente aquellas cosas que te hacen feliz en la vida.

Pues puedes empezar ahora mismo apuntándote aquí:


Para que la suscripción sea válida tendrás que confirmar el mail que te llagará a tu correo.

Deja tu comentario

Tu correo electónico no será publicado. Los campos obligatorios estan marcados con un *