El motivo por el que fallas al generar nuevos hábitos

Escúchame, si quieres, en la versión podcast:

No te imaginas la cantidad de gente que me encuentro que de repente decide cambiar de  estilo vida y comenzar a realizar nuevas actividades.

Esto es lo que me pasó con un amigo hace unos meses.

Mi amigo tenía un trabajo que le demandaba muchas horas.

Apenas tenía tiempo para hacer deporte,  seguía una dieta muy poco saludable, tenía bastante sobrepeso y se sentía pesado y poco ágil.

Además fumaba desde hacia mucho años.

Por lo general se sentía cansado y con poca energía.

Pero tenía tanto trabajo que tenia que recurrir constantemente al café y a todo tipo de estimulantes para conseguir sentirse más enérgico y poder hacer frete a la gran cantidad de cosas que tenía que hacer.

Un día decidió hacerse unos análisis clínicos para comprobar como estaba a nivel de salud porque había comenzado a no sentirse muy bien.

Y cuando vio los resultados se asustó.

Los análisis mostraban que tenía un una gran cantidad de indicadores mal.

Tenía el colesterol alto, los triglicéridos altos disparados, el acido úrico por la nubes,  la vitamina D por los suelos y paro de contar.

Mi amigo era relativamente joven. Y cuando vio estos resultados se asustó.

Así que un día me dijo:

A partir del lunes voy a cambiar mi vida por completo. Voy a llevar una vida mucho más sana.

Voy a empezar a hacer deporte y saldré a correr todos los días. Además voy a perder peso. Me voy a poner a dieta y voy a comer mucha más fruta y verdura.

No pienso volver a fumar nunca más. Y voy a sustituir el café por té.

Voy a cambiar mi estilo de vida de una vez por todas”.

Tenía una gran ilusión por llevar a cabo todos estos cambios y estaba muy motivado. Y se le veía convencido de que su vida iba a ser diferente de ahora en adelante.

Cuando me lo encontré tres semanas más tarde y le pregunté como le estaba yendo, ya había abandonado todos estos objetivos.

-Pero ¿Qué te ha pasado? – Le pregunté.

Y me dijo – Cuando llegó aquel lunes introduje todos los cambios que me había propuesto. Estuve sin fumar varios días y dejé el café.

Me sentí bastante mal porque el hecho de no fumar me generaba mucha ansiedad,  pero conseguí aguantar sin problema.

Por otro lado al dejar de fumar y no tomar café, notaba que me costaba mucho concentrarme en el trabajo. Y al ver que no podía avanzar en mi trabajo me ponía muy nervioso.  Por lo que no te imaginas la ansiedad que tenía. 

Además comencé a comer mejor y a hacer deporte. Ese mismo lunes salí a correr y me sentí muy bien.  Corrí durante una hora. La verdad es que me costó un montón, porque tenía los pulmones fatal. Al día siguiente volví  a salir a correr. Y en lugar de sentirme mejor, me sentí mucho peor, a los 15 minutos me quería morir. Y al tercer día me ocurrió lo mismo, correr me hacia sentirme fatal.

Al final me dije “mira, este no es el mejor momento para hacer todo esto”.

 Tengo mucho trabajo, introducir estos cambios en mi vida me está generando mucho estrés, y en lugar de sentirme mejor, lo que está pasando es que me siento peor.

Así que va a ser mejor que haga todos estos cambios en otro momento del año, quizá más adelante, y no ahora.

Mi amigo se había sentido tan mal al introducir todo estos cambios, que había decidido abandonar.

Seguro que a ti también te ha pasado en alguna ocasión.

De repente quieres introducir nuevos hábitos en tu  vida, y decides realizar todos estos cambios de la noche a la mañana.

Y seguro que en más de una ocasión has desistido.

Así que hoy quiero contarte dos motivos importantes por los que fallamos en la generación de nuevos hábitos:

  • El primer motivo por el que solemos fallar al introducir nuevos hábitos es porque tendemos a introducir varios cambios de golpe y es importante introducir los nuevos hábitos de uno a uno.

Hay dos mitos muy extendidos y que seguramente habrás escuchado en más de una ocasión.

El primer mito es que nuestro cerebro solo puede hacer una única cosa a un mismo tiempo.

Hay mucha gente por ahí , diciendo que los seres humanos no somos personas multitarea y que nuestro cerebro no está diseñado para hacer varias cosas a un mismo tiempo.

El segundo mito es que las personas solo utilizamos el 10% de nuestro cerebro.

Pero esto son solo dos mitos.

Lo cierto es que los seres humanos utilizamos todo el cerebro y todo el rato. Y que tu cerebro sí es multitarea porque hace miles de cosas a un mismo tiempo. Nuestras neuronas funcionan en todo momento y al cien por cien.

De forma consciente o inconciente.

Por ejemplo, imagínate el caso de un cirujano que esta llevando a cabo una operación a corazón abierto.

¿Su cerebro solo puede hacer una cosa a un mismo tiempo?

La respuesta es no. Porque mientras está operando, su cerebro sigue enviando la orden a sus pulmones para que regeneren el aire, su cuerpo sigue generando energía…

Incluso cuando duermes tu cerebro sigue haciendo varias cosas a un mismo tiempo ya que  sigue enviando a tu corazón las ordenes necesarias para que siga bombeando la sangre, tu piel se sigue regenerando, tu pelo y tus uñas siguen creciendo, etc.

Es decir hay una gran cantidad de procesos ejecutándose a un  mismo momento a nivel inconciente.

La conclusión es que aunque a nivel consciente nos cueste mucho hacer más de una cosa a un mismo tiempo.  A nivel inconcientes podemos hacer infinidad de cosas a un mismo tiempo.

Fíjate que cuando aprendiste a conducir, durante los primeros días tuviste que poner todo tu foco y toda tu atención en el acto de conducir. En ese momento, para ti era muy difícil hacer varias cosas a un mismo tiempo.

Pero cuando por fin aprendiste a conducir, la conducción dejo de ser un acto consciente y se convirtió en un acto inconsciente.

Es decir, llegó un momento a partir del cual comenzaste a conducir sin prestar tanta atención,  a veces incluso sin darte cuenta, y comenzaste pensar en otras cosas mientras conducías o a hacer otras cosas al mismo tiempo que conducías.

Por ejemplo,  poner la radio, hablar por el móvil, pensar en todas las cosas que tenías que hacer al llegar a tu destino…

Nos cuesta mucho hacer más de una cosa a un mismo tiempo a nivel consciente. Pero no a nivel inconsciente.

Cuando introducimos nuevos hábitos o aprendemos nuevas actividades, con el tiempo y la practica, el nuevo hábito o la nueva actividad comienza a realizarse de forma inconciente.

Esto reduce el esfuerzo que tenemos que destinar a hacer esa actividad. Y además nos permite hacer más de una cosa a un mismo tiempo.

Y ¿Qué quiere decir esto?

Quiere decir que introducir varios hábitos a un mismo tiempo te va a requerir mucho esfuerzo  y energía.

Pero que si introduces los hábitos de uno en uno es mucho más fácil.

Porque cuando un habito está instalado y lo realizas inconcientemente es fácil introducir nuevos hábitos.

Por ejemplo, si nunca has practicado deporte y decides introducir en tu vida el habito de hacer deporte, al principio te va a requerir mucho esfuerzo, sobretodo si note gusta mucho practicar deporte, porque seguramente en más de una ocasión vas a empezar a ponerte excusas o auto sabotearte para no hacerlo.

Por tanto te vas tener que mantener muy alerta y consciente, a la hora de mantenerte constante y cuestionar en todo momento los mensajes que te estás diciendo.

Pero si te mantienes constante durante un tiempo, llegará un día en que lo harás sin pensar.  Llegará un día en el que ya tendrás la costumbre de determinados días a la semana a determinada hora acudir al gimnasio o salir a correr o caminar o lo que quiera que sea en tu caso, y lo harás sin pensar.

Es decir, algo que en un principio tenias que ejecutar de forma muy consciente lo empezarás a hacer de forma más inconsciente.

Por ejemplo ocurre los mismo cuando te pones a dieta para adelgazar, las primeras semanas tienes que prestar mucha atención y tener mucha fuerza de voluntad para mantenerte constante. Pero llega un momento a partir del cual se te olvida que estás a dieta. Y simplemente lo haces y ya está. Se convierte en un proceso inconsciente.

Si te fijas, es lo que pasa cuando te lavas los dientes después de comer, cuando te lavas la cara o te duchas cada mañana, cuando te lavas las manos antes de comer… son actos que haces de forma rutinaria e inconciente todos los días. Ni siquiera lo piensas. Simplemente lo haces. Ya tienes ese hábito.

Por tanto, el momento en el que el hábito este implementado y se ejecute de forma inconciente, será el momento adecuado para introducir nuevos hábitos en tu vida.

Si introduces nuevos hábitos de forma paulatina, en lugar de introducir varios cambios de golpe, tu probabilidad de éxito será mucho mayor.

  • El segundo motivo por el que solemos fallar al introducir nuevos hábitos es porque desconocemos como funciona el sistema de recompensa del cerebro.

Cuando llevas a cabo una actividad que te hace sentir bien, tu cerebro pone en marcha su farmacia interior para segregar neurotransmisores que te proporcionan una sensación de placer.

Por el contrario cuando llevas a cabo una actividad que te hace sentir mal, tu cerebro pone en marcha  tu farmacia interior para segregar o dejar de segregar neurotransmisores que te hacen sentir mal.

Si te fijas, cuando realizamos una actividad y nos sentimos bien, nos quedamos con ganas de repetirla y esto nos lleva a que volvamos a hacerla nuevamente.

Por el contrario, cuando realizamos una actividad y nos sentimos mal, generamos rechazo hacia esa actividad y esto hace que evitemos repetirla de nuevo.

Pues bien, a la hora de generar nuevos hábitos hay que tener esto en cuenta.

Imagínate que empiezas a hacer deporte,  por ejemplo correr, dependiendo de cual sea tu estado físico, si comienzas poco a poco, por ejemplo caminando durante un tiempo no muy prolongado, o corriendo de forme moderada durante un tiempo prudencial  es probable que tu cerebro dispare la producción de endorfinas, serotonina y dopamina y que esta actividad te genere placer y bienestar. Es decir, es probable que te haga sentir bien y que por tanto te quedes con ganas de repetir.

Si por el contrario, comienza a hacer deporte con un nivel de intensidad elevado cuando tu cuerpo no está acostumbrado a ello,  y comienzas a correr a una velocidad elevada o durante un tiempo prolongado, es probable que tu cerebro dispare tu farmacia interior para que sientas malestar e indicarte que pares. Es decir, es probable que te haga sentir mal y que por tanto comiences a generar rechazo por el acto de correr. Y que tu cerebro asocie correr a malestar.

Por tanto a la hora de introducir nuevos hábitos es importante hacerlo de forma paulatina, de forma que no superemos el umbral a partir del cual una actividad placentera comienza a convertirse en desagradable. De lo contrario nuestro cerebro generará rechazo y a medio largo plazo este sentimiento nos invitará a abandonar.

La conclusión, es que para introducir nuevos hábitos tienes que tener en cuentas dos aspectos importantes. El primero es que tienes que introducir los hábitos de forma progresiva, esperar a  que una nueva actividad o rutina en tu vida se convierta en un proceso inconciente y aprovechar ese momento para introducir nuevos hábitos o rutinas. Y el segundo aspecto importante es que lo hagas poco a poco intentando evitar siempre cualquier sensación de rechazo, para que tu cerebro no asocie esa nueva actividad o rutina a una sensación malestar o sensaciones negativas.

Por ejemplo, en mi curso meditación en acción, en el que ayudo a la gente a generar el habito de meditar, comenzamos siempre de forma muy paulatina, y lo hacemos siempre con meditaciones  muy cortas y sencillas, y poco a poco vamos subiendo el nivel de tiempo y dificultad. De lo contario la mayoría la gente desarrollaría rechazo y de esta forma la gente disfruta desde el principio del acto de meditar, esto garantiza que la gente instale en sus vidas este nuevo hábito con éxito.

Si quieres implementar cambios en tu vida los hábitos serán tus grandes aliados. Ya que son la forma adecuada de implementar e instalar cambios con  éxito que te ayudarán a tener la vida que quieres tener.

Si lo que quieres es reducir tu estrés, te interesará introducir hábitos que te permitan alcanzar un estado de mayor serenidad, como por ejemplo practicar deporte, meditación, llevar una dieta que hagas trabajar menos a tu organismo, incrementar tus horas de sueño… así como eliminar hábitos que te estés perjudicando, como el tabaco, el alcohol, alimentos poco saludables, falta de sueño

Si lo que quieres es aumentar tu productividad te interesará introducir nuevos hábitos que te lleven asentir una mayor vitalidad y energía, introducir nuevas rutinas de trabajo que te permitan actuar con una mayor eficacia y eficiencia, así como eliminar hábitos que te estén restando productividad.

Así que no dudes más y comienza a implementar ahora mismo el primero de esos nuevos hábitos que te ayudará a ganar un mayor equilibrio y una mayor serenidad.

Y ahora es tu turno.

Como parte de plan de acción de esta semana me gustaría que eligieras un nuevo habito que te ayude a tener la vida que quieres tener, que elijas un día de esta semana y que comiences a implementarlo de forma paulatina a partir de ese día.

Ya sabes que sin acción no hay resultados.

Por lo que no dudes más y pasa a la acción.

Por cierto, me gustaría decirte que ahora tienes disponible mi curso gratuito Súper Enfoque, el curso que te ayudará a desarrollar tu atención plena. Un curso en el que durante cinco días ejercitaremos juntos tu capacidad de atención. Un curso que te ayudará a mejorar tu capacidad para mantenerte en el momento presente, te ayudará a mejorar tu productividad y te permitirá vivir mas concientemente aquellas cosas que te hacen feliz en la vida.

Pues puedes empezar ahora mismo apuntándote aquí:


Para que la suscripción sea válida tendrás que confirmar el mail que te llagará a tu correo.

Y escúchame, si quieres, en la versión podcast. Suscríbete a mi newsletter y recibirás una nueva entrega cada semana.

4 comentarios

  1. Paola Villanueva
    28 febrero, 2020

    Hola David, soy Paola de Mendoza, Argentina.
    Te sigo hace un par de años y justo hoy escuchaba el podcast de los hábitos y se me vino a la cabeza una duda, como hacemos para cambiar ciertos hábitos??
    Te cuento, llevo 15 años trabajando para empresas en el área contable, hace un mes renuncie a mi trabajo porque me dio un pico de estrés, y entre a trabajar como auditora en un estudio contable, los tiempos son totalmente distintos, me dan las tareas y me dicen que maneje yo los tiempos, que no hace falta que vaya al estudio que puedo trabajar desde mi casa, pero mi sensación es que al no cumplir con un horario siento que estoy perdiendo el tiempo… en mi casa me pongo a trabajar pero tengo la sensación que el tiempo es distinto, a lo mejor me concentro mejor y trabajo más desde casa al estar más cómoda, pero la sensación de tanta libertad en los horarios es rara y tengo miedo de estar perdiendo el tiempo.
    Espero me puedas dar algún consejo y que se haya entendido.

    Muchas gracias!!

    Beso

    Responder
    • David
      2 marzo, 2020

      Hola Paola! Estoy reflexionando sobre tu pregunta y creo que grabaré un podcast mas adelante sobre este tema.

      Las personas muy responsables tienden en ocasiones a sentirse culpables. Es tal su entrega y dedicación al trabajo (o su miedo a hacerlo mal o al despido, depende de cada caso) que cuando tienen tiempo libre o cuando no están dedicando su tiempo y su energía al trabajo se sienten culpables.

      Tienen la necesidad de estar constantemente sacrificándose por la empresa. Y el estar ocupados es lo único que acalla esa voz interior que por detrás no hace más que decirles «deberías estar haciendo esto…» o «tendrías que estar haciendo aquello».

      Y esto aflora muchas veces cuando se teletrabaja.

      También cuando teletrabajamos, tenemos la sensación de que tenemos que demostrar constantemente que estamos trabajando.

      Nos preocupa en exceso la opinión de los demás y que piensen que estamos dedicando nuestro tiempo a otras cosas.

      Y cuando somos productivos y acabamos las cosas en menos tiempo, ganando así tiempo libre, aparece ese sentimiento de culpa.

      Por tanto es necesario aprender a gestionar el sentimiento de culpa. Y esto se logra en gran medida a través del desapego.

      Es decir, si has cumplido todos los objetivos que te has marcado para ese día. Estate tranquila y no le des más vueltas.

      En cualquier caso te aconsejo que adquieras el hábito de ponerte objetivos semanales y objetivos diarios. Y cúmplelos.
      Si el tiempo que te sobra es excesivo, revisa si puedes aumentar la calidad del trabajo que estás haciendo. O pide que te den más trabajo. Pero siempre trabajando desde la calma y la serenidad y sin estar constantemente corriendo.

      Y si aun así te sobra tiempo. Es tu tiempo. ser productivos nos permite conseguir ahorros de tiempo y energía que deberíamos dedicarnos a nosotros mismos.

      Y en cualquier caso, lo que más tranquilidad te dará es preguntarle a tu jefe si le parece bien el ritmo de trabajo que estás llevando: Si el ritmo con el que vas haciendo tus tareas es adecuado. Si lo preguntas con asertividad y demostrando interés seguro que te hará quedar muy bien frente a tus jefes.

      Un abrazo Paola!! Espero que te haya ayudado!

      Responder
      • Paola Villanueva
        6 marzo, 2020

        Muchas gracias David, muy acertivas tus palabras!!! Son de gran ayuda, voy a poner en práctica tu consejo de charlas con mis nuevos jefes.

        Responder
        • David
          6 marzo, 2020

          Ya me contarás que tal te ido! Un abrazo Paola!

          Responder

Deja tu comentario

Tu correo electónico no será publicado. Los campos obligatorios estan marcados con un *