¿Tienes una gran carga de trabajo y sientes que tu equipo no se implica? ¿Te vas de la oficina a las mil y no percibes ningún apoyo? ¿Hay miembros de tu equipo que están desmotivados y que ya das por perdidos? ¿Sientes que nunca hacen las cosas como a ti te gustaría? ¿Acabas haciéndolo todo tú porque crees que no lo harán lo suficientemente bien?
Sé que mientras leías las preguntas de arriba te ha venido a la cabeza el nombre de más de una persona de tu equipo. Entre tus colaboradores hay miembros que se muestran con más motivación y hay miembros que ya das por perdido.
Puede que su desmotivación y su falta de implicación se haya generado durante tu etapa en este puesto de trabajo o puede que hayas heredado ese equipo tras un cambio de posición, da igual, el tema es que tienes una montaña de trabajo y cuentas con los recursos justos para cumplir con tus objetivos.
A veces te da la sensación de que esa persona no tiene ningunas ganas de acudir a trabajar, los retrasos son frecuentes, te la encuentras habitualmente perdiendo el tiempo, en internet o pasando demasiado tiempo tomando café.
La consecuencia es que se han generado desequilibrios en el equipo, percibes como la desmotivación se está generalizando y como se está creando un mal ambiente de trabajo. Además tú sientes que toda la carga de trabajo y toda la responsabilidad recae en ti, en muchos casos no confías en tu equipo y siempre lo acabas haciendo todo tú porque piensas que no lo van a hacer lo suficientemente bien, o no tienen la capacidad necesaria para llevar a cabo esa tarea. Pues bien, me gustaría decirte que tú puedes trabajar para revertir esta situación y conseguir que tu equipo se motive y se implique en su trabajo.
Pero antes de seguir me gustaría parar un momento para hacerte reflexionar. Sé que con las palabras que te voy a decir ahora probablemente van a aflorar resistencias que puede que no te sienten bien, pero antes de continuar es necesario que tomes conciencia de esto.
Si hay uno o varios miembros desmotivados dentro de tu equipo y la situación lleva meses o incluso años manteniéndose de forma sostenida en el tiempo es probable que hayas generado algún tipo de creencia o visión negativa hacia alguno de esos miembros.
Con frecuencia ante este tipo de situaciones me encuentro con mensajes del tipo «esa persona no va a cambiar«, «no hay nada que hacer«, «la única solución es deshacerse de esa persona«, etc. En muchas ocasiones me encuentro con líderes que han llegado a un nivel de agotamiento, de cansancio y de resignación tal que han desarrollado la creencia de que no hay absolutamente nada que se pueda hacer con esa persona o ante esta situación.
Si este es tu caso, me gustaría que supieras que si tú crees que no hay nada que puedas hacer para cambiar esa situación, ten pon seguro que nada cambiará. ¿Qué te asegura que no hay nada que puedas hacer? ¿Realmente lo has intentado todo? ¿No hay nada más que podrías intentar? ¿Qué grado de responsabilidad tienes tú en que el equipo no esté funcionando? ¿Qué medidas podrías haber tomado? ¿Qué podrías haber hecho diferente?
Eres una persona de gran profesionalidad, llena de recursos y capacidades, sal del papel de víctima y asume tu responsabilidad, tú puedes con esa situación y con mucho más, si estás ahí es por algo, has conseguido llegar hasta ahí gracias a tu esfuerzo y tu constancia, comienza a creer en ti, ya verás como tú eres capaz de pasar a la acción y superar esa situación y cualquier otra, por el camino conseguirás valiosas competencias que te ayudarán a crecer como profesional y como persona y a gestionar equipos mucho mayores en el futuro.
No tienes nada que perder y mucho que ganar. Por lo que pasa a la acción y actúa. Comprobarás como todo en el universo comienza a moverse a tu favor para alcanzar un nuevo equilibrio en el que el equipo funcionará de una forma más eficaz y conseguiréis resultados desde el equilibrio, la paz y la serenidad.
A continuación te voy a dar las claves que te ayudarán a conseguir una mayor implicación e involucración por parte de tu equipo:
- Crea el escenario idóneo
El primer paso es generar el escenario que permita que la comunicación fluya, que las relaciones personales sean más amables y más equilibradas, que elimine los miedos y resistencias y que consiga obtener una expresión sincera y honesta de lo que pensais, tanto tú como tu equipo. Que os sintais a gusto.
Puede que en tu caso no sea tan fácil, especialmente si hay mucha carga negativa que viene del pasado. Si ésta es tu situación, es probable que veas esto como un reto imposible de alcanzar. Pero haz un borrado de todo lo anterior e inténtalo.
No te estoy pidiendo que de la noche a la mañana te presentes en la oficina derrochando amor y felicidad y desnudando en público tus problemas personales y tus intimidades. Esto no sería ni cómodo para ti, ni creíble, ni generaría resultados.
Te estoy sugiriendo que poco a poco de forma sutil vayas desplegando tus dotes de comunicación y escucha, y que te permitas ser tú y mostrarte tal como eres en algún momento sin necesidad de ser constantemente esa persona superprofesional a quien todo el mundo está acostumbrado.
Piensa en tu equipo como en una familia. Si tienes hijos o sobrinos seguro que más de una vez les has sorprendido intentando hacer algo para llamar tu atención. Puede ser una mueca, una carantoña, de repente se pueden poner a hacer el payaso sin venir a cuento, o a cantar a voces… están intentando captar tu atención porque no hay nada en el mundo que les guste más que recibir tu amor y tu cariño.
Si los niños no reciben la atención que necesitan intentarán captar tu atención por cualquier medio, incluso si esto requiere actuar mal, pintar en la pared, destrozar cosas, pelearse con otros niños… no es que sean malas personas, simplemente es la forma que ellos han descubierto que les funciona para captar tu atención, y aunque el resultado no sea amor y cariño, por lo menos han conseguido su objetivo, tu atención, y eso en definitiva, es mejor que nada.
Lo mismo está ocurriendo en tu equipo. Tu equipo no quiere más que tu atención, necesita que escuches sus problemas y sus inquietudes, necesitan escuchar tus palabras de apoyo, necesitan saber que estás ahí… incluida esa persona que te gustaría que tuviese una mayor implicación.
- Permite que fluya la información
Crea los canales necesarios para garantizar que todos los miembros de tu equipo están informados de todo aquello que ocurra en la compañía o en el área en el que desarrolláis vuestra actividad.
De la misma forma que a ti te gusta que se te informe y que odias enterarte de temas importantes a través de conversaciones de café o de pasillo, a tu equipo le ocurre lo mismo. Sé coherente con lo que piensas y no permitas que esto ocurra en tu unidad o en tu dirección.
Para ello puedes implantar reuniones quincenales o reuniones semanales exprés de media hora en las que les comunicarás temas importantes, también puedes enviar un mail o un boletín con alguna periodicidad en los que comuniques estos temas.
Además sería bueno que crearas y fomentaras una cultura de participación de forma que tu equipo perciba que se cuenta con ellos. Asegurate de que escuchas sus opiniones y peticiones y garantiza que se cumplan en la medida de lo posible.
- Fomenta la colaboración
Fomenta el trabajo en equipo, para ello puedes implementar reuniones periódicas con todo el equipo después de hitos o tareas importantes para identificar entre todos áreas de mejora y posteriormente implementarlas, de esta forma sentirán que están involucrados en el proyecto y que tienen capacidad para participar en la toma de decisiones. El resultado será una mayor autoestima.
También sería bueno que dejases claras las responsabilidades de cada uno de los miembros y cuáles son los objetivos de su trabajo y los objetivos de equipo, todo ello con el fin de eliminar cualquier sensación de descontrol y que tengan claro qué están haciendo en cada momento y para qué. Con esto conseguirás que sepan excatamente lo que se espera de ellos. El resultado será un menor estrés y una mayor energía para ejecutar sus objetivos.
- Permite que aflore la potencialidad de tu equipo
Si no condujeses muy bien y tu pareja no te dejase conducir nunca porque pensase que lo haces fatal ¿Cómo crees que actuarías?
Difícilmente aprenderías a conducir mejor ante la falta de práctica y en el caso de que tuvieses la iniciativa y las ganas de conducir, ante las palabras y la forma de actuar de tu pareja, probablemente le cederías simpre el volante con cansancio y resignación. El resultado final sería que te acomodarías.
Pues bien, en tu equipo ocurre lo mismo.
Tienes que permitir que afloren sus capacidades porque de lo contrario les estás invitando a que se acomoden. Además cuando un miembro de tu equipo siente que un área concreta del trabajo o de la unidad está bajo su responsabilidad, automáticamente su autoestima se dispara, se preocupa porque las cosas se hagan bien y salgan adelante.
Lo que suele ocurrir es que en muchas ocasiones hay lideres a los que le cuesta delegar, les cuesta aceptar que las cosas no se hagan exactamente como ellos las harían y que necesitan tener la sensación de que tienen esa actividad o área bajo control. Si éste es tu caso, siento comunicarte que aquí tienes un área de trabajo.
Cada persona tiene su forma de hacer las cosas, algunos prestan más atención al contenido, otros al envoltorio y otros a ser eficientes.
Normalmente como líder tiendes a querer que los otros hagan las cosas exactamente como las harías tú, pero tienes que educarte para aceptar que hay otras formas de conseguir un resultado.
Al desarrollar una actividad o tarea lo importante es conseguir que el objetivo que se pretendía alcanzar con esa actividad se cumpla con independencia de como esté hecha.
Nunca va a realizarse exactamente de la forma en que a ti te gustaría. Sencillamente porque vivimos en un mundo plural y cada individuo tiene su visión del mundo y su forma de hacer las cosas. Por lo que no te queda más remedio que aceptarlo y dejar de asumir una responsabilidad que no te corresponde.
No puedes rehacer una y otra vez el trabajo de tu equipo, revisar hasta la última coma y opinar hasta de la última frase. De esta forma lo único que estás consiguiendo es, por un lado sobrecargarte de trabajo y consumir en exceso tu energía, y por otro lado hundir la autoestima de tu equipo, hacerles pensar que no son capaces de hacer bien su trabajo y desmotivarles.
Permíteles sacar a flote todo su potencial. Tu simplemente dedícate a revisar y a facilitar que ellos vayan implantado mejoras a medida que van evolucionando como profesionales. Recuerda que tu trabajo no es cumplir el objetivo, tu trabajo es facilitar que ellos cumplan el suyo. Comprobarás que cuando se hagan responsables de su propio trabajo, ganen en libertad y en autonomía, su motivación se multiplicará.
- Permitete reconocer su trabajo
Valora a tu equipo y reconoce su esfuerzo. En ocasiones he escuchado frases del tipo «no voy a darles las gracias por hacer algo por lo que se les paga, es su obligación». Si tienes este tipo de creencia, necesitas saber que el salario emocional es mucho más poderoso que el salario monetario.
Un salario monetario lleva a conseguir el mínimo resultado imprescindible.
Si ante un trabajo bien hecho das las gracias y reconoces su valor, no solo estás contribuyendo a elevar la autoestima de tu equipo, sino que estas invitándoles a que continúen esforzándose por a hacer las cosas mucho mejor de lo que se espera.
- Reequilibra la energía del sistema
Reflexiona sobre si la falta de compromiso en algún miembro del equipo está llevando a sobrecargar a otros miembros. Equilibrar la carga de trabajo contribuirá a mantener el bienestar a medio plazo, de lo contrario el ambiente de trabajo se viciará y la gente deseará salir huyendo de tu equipo.
Trabaja para que la carga esté distribuida de forma homogénea y comprobarás como mejora el clima del equipo.
Y no te olvides de repartir tu atención de forma equilibrada entre todos los miembros del equipo.
Desde mi punto de vista lo más importante es empoderar a tu equipo, pero sé que es difícil aprender a confiar en que tu equipo vaya a hacer las cosas tan bien como las haces tú.
En mi caso personal aprender a delegar ha sido todo un reto, durante mucho tiempo pequé de ser excesivamente perfeccionista y esto me llevó a asumir cargas de trabajo excesivas y a rehacer continuamente el trabajo que recibía porque nunca estaba lo suficientemente bien hecho para mí.
Con el tiempo me di cuenta de que jamás nadie va a hacer las cosas como las hago yo ¿Quiere decir eso que estén mal hechas? No. Quiere decir que están hechas de forma distinta. Y ya está.
Teniendo claro cuál es el objetivo de cada actividad y cada tarea, cualquier cosa esta bien hecha mientras dicho objetivo sea alcanzado. Tú trabajo es fijar esos objetivos y permitir que se consigan. Si implementas esto, poco a poco, permitiendo que tu equipo se equivoque y facilitando que obtengan los aprendizajes de ello, observarás como los niveles de calidad se van aproximando a lo que tú deseas y a la vez ellos se van sintiendo más implicados en el trabajo que ejecutan.
Ahora es tu turno. Estoy convencido de que eres absolutamente capaz de conseguir que tu equipo se implique y se involucre en el día a día del trabajo. Así que me gustaría que durante esta semana elijas aunque sea solo una de las claves que te he comentado arriba y que la lleves a la práctica ¡Comprobarás como los resultados son increibles! ¡No pienses más y actúa!
Por cierto, me gustaría decirte que ahora tienes disponible mi curso gratuito Súper Enfoque, el curso que te ayudará a desarrollar tu atención plena. Un curso en el que durante cinco días ejercitaremos juntos tu capacidad de atención. Un curso que te ayudará a mejorar tu capacidad para mantenerte en el momento presente, te ayudará a mejorar tu productividad y te permitirá vivir mas concientemente aquellas cosas que te hacen feliz en la vida.
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