Cómo eliminar los pensamientos negativos y conectar con el agradecimiento

En el post de hoy me gustaría contarte la historia de Carmen, una de las personas que ha trabajado conmigo para reducir su estrés.

¿Te gustaría saber cómo lo consiguió ella?

lo más importante, ¿Te gustaría saber cuál es la revelación que tuvo durante el proceso? ¿Sabes de qué se dio cuenta?

Antes de trabajar conmigo Carmen estaba muy quemada.

Se dedicaba a la consultoría informática, trabajaba coordinando  proyectos que duraban tres o cuatro meses, a veces incluso más y que concentraban una gran carga de trabajo en un espacio breve de tiempo y donde dirigía equipos de varias personas con perfiles muy diversos.

Carmen se sentía agotada.

Tenía una jefa, una de las socias,  a la que no soportaba. Ella la describía como  la “persona más toxica” que había conocido nunca.

Carmen decía que ella se desvivía porque el trabajo estuviera perfecto, por hacer las cosas de la forma más excelente posible.

Pero se quejaba de que su jefa no hacía más que quejarse de todo, nada le parecía bien. Siempre había algo que mejorar, siempre había alguna cosa que se podría hacer diferente…y encima tenia una forma de comunicarse muy poco asertiva.

Con todo el esfuerzo y la buena voluntad que Carmen había puesto en el proyecto, cada palabra de queja de su jefa hacia que se sintiera fatal.

Y la cosa iba de mal en peor.

Vamos, que su autoestima estaba por los suelos. Y a medida que iba pasando el tiempo ella se sentía cada vez más pequeña.

Lo peor de todo es que su jefa era una persona hiperactiva. Su cerebro iba a mil por hora y sus palabras y su lenguaje corporal iban más rápidos todavía que su cerebro.

Tanto, que a veces era una persona bastante caótica.

Y sin embargo, Carmen era una persona muy tranquila. Aunque interiormente era un manojo de nervios que tarde o temprano iba a explotar.

Imagínate, siendo tan distintas, como le sentaba a Carmen la relación con su jefa. Le trasmitía un estrés tremendo.

Pero bueno, la lista de aspectos negativos que me detalló Carmen en relación a su situación no se acababa aquí. 

Estaba harta de trabajar mil horas al día, de tener que llevarse el ordenador a casa, de trabajar los fines de semana. Estaba harta de que los miembros de su equipo no se implicaran de la misma forma que se implicaba ella, de que les diera igual todo, de que alguno de ellos trabajara tan mal… estaba harta de ganar tan poco dinero en relación al nivel de responsabilidad que tenía.

Pero, especialmente estaba harta de que todo esto le estuviera pasando factura. De tener que pensar cómo superar los síntomas de la ansiedad. De sentir a veces una presión muy molesta en el pecho, estaba harta de tener problemas de espalda y de cervicales por estar todo el día trabajando en tensión, estaba harta de arrastrar todo el día esa sensación de ganas de ponerse a llorar. De sufrir los domingos por la tarde, de angustiarse cada mañana cuando iba de camino al trabajo…

Así estaba Carmen.

¿Qué te parece?

Pues bien, un mes y medio más tarde, después de que implementáramos una serie de acciones que se ajustaban a su situación concreta, la situación de Carmen era completamente distinta. 

Cuando le pregunté “Carmen, de todas las acciones que hemos llevado a la práctica, cuáles han sido las más importantes para ti?”

Ella me dijo: “Lo más importante ha sido tomar conciencia de todas las cosas que tengo y por las que me siento agradecida en este momento, vamos, la gratitud.

Me he dado cuenta de que en los últimos años he estado poniendo el foco en todo lo negativo que hay en mi vida. Y es cierto, hay muchas cosas que no están bien, pero el hecho de que haya cosas que no estén bien, no significa que no haya otras cosas que sí lo estén.

Déjame que te diga, tengo un trabajo, que no será el mejor del mundo, y una jefa que podría mejorar en muchos aspectos, y unos horarios que podrían ser mejorables,… pero mira, tengo un trabajo que por duro que sea, me gusta, tendrá sus cosas malas, pero la verdad es que también tiene sus cosas buenas. Tengo la suerte de tener una familia maravillosa, a quienes quiero incondicionalmente, y por quienes me siento muy querida. Tengo la fortuna de tener unos amigos que son lo mejor del mundo. Tengo salud, y también la tiene la gente a la que quiero, no tengo problemas económicos…

Durante los últimos años he estado poniendo todo mi foco y toda mi atención en lo negativo que había en mi vida, y eso no me permitía ver lo afortunada que era.

Soy muy afortunada. Y no sé cómo me ha podido estar pasando desapercibido todo esto durante todo este tiempo.

Darme cuenta de esto me ha dado una gran paz.

Y esto lo he conseguido gracias a la meditación, a aprender a silenciar mis pensamientos negativos, a cambiar mi forma de pensar y en definitiva, gracias a quererme un poco más y disfrutar más de lo que ya tengo.

Eso no quiere decir que no vaya a hacer nada por cambiar todo aquello que se pueda mejorar y sobre lo que tenga margen de acción, por supuesto que lo voy a hacer.

Pero lo voy a hacer desde otra posición, con otro talante, con la tranquilidad de saber que tengo mucho que agradecer a la vida. Y que mira, si al final tengo algún problema en el trabajo, no va a ser porque yo no lo haya hecho lo mejor que he podido, va a ser porque la vida es así y ya está, y es irracional pensar que todo está o puede estar bajo nuestro control” y sonriendo me dijo” y mira, mientras tenga a mis seres queridos cerca y tanto yo como ellos tengamos salud y estemos bien, el resto de cosas no importan, por lo que tengo una gran cantidad de motivos para sentirme agradecida”

El agradecimiento.

Ésta fue la gran revelación que tuvo Carmen.

Probablemente tú también te has dicho en más de una ocasión que tienes mucho que agradecer a la vida. Y te lo has repetido “tengo mucho que agradecer”.

Pero seguramente esa  sensación de agradecimiento ha durado poco tiempo. Para dar lugar de nuevo a otro tipo de pensamientos.

¿Sabes cuál es el secreto para mantener la conexión con el agradecimiento?

El secreto del agradecimiento no es decirlo, es sentirlo. Sentirlo en cada tramo de tu piel, en cada uno de tus poros, con cada respiración… sentirlo. Y ser consciente de ello. Recordarlo cada día.

Y para que comiences a conectarte con el agradecimiento te voy a contar un sencillo ejercicio que puedes empezar a poner en práctica desde ya y que te permitirá comenzar a sentir los beneficios que conlleva.

¡No sabes como me alegraría que comenzaras ya a ponerlo en practica!

Se trata de un ejercicio en el que cada mañana y cada noche vas a tener que escribir una serie de frases.

Pero no te preocupes, tan solo te llevará dos o tres minutos!

Por la mañana antes de salir de casa, siéntate tranquilamente, y completa las siguientes frases:

  1. Si siento un mayor agradecimiento, durante el dia de hoy me voy a dar cuenta de que…
  2. Si presto más atención a mis actividades de hoy…

Tienes que completar cada una de estas frases seis veces. Por ejemplo, para la frase 1, tendrías que terminar la frase, por ejemplo de la siguiente forma:

Si siento un mayor agradecimiento, durante el dia de hoy me voy a dar cuenta de que mis hijos me hacen tremendamente feliz.

Tendrías que terminar la frase de 6 formas distintas. Y lo tienes que hacer lo más rápido posible, sin pensar, escribiendo lo que te salga, lo que fluya…

Hazlo para las dos frases anteriores.

Cuando llegues a casa por la noche, resérvate tres minutos de nuevo, y siéntate para finalizar la siguiente frase:

3.Cuando siento agradecimiento me doy cuenta de que…

4. Doy gracias a la vida por…

Y procede de la misma forma. Acaba las frases de 6 formas distintas. Escribiendo lo primero que te venga a la cabeza.

Haz esto durante 6 días seguidos.

El septimo dia lee con detenimiento todo lo que has escrito los dias anteriores. Y reflexionando y poniéndole consciencia, escribe las 6 cosas sobre las que debes sentir un mayor agradecimiento.

¡Y ya está!

¡No sabes lo feliz que me hace pensar lo bien que te vas a sentir cuando hagas este ejercicio!

¡Así que no dudes más! Reserva ya en tu agenda del móvil tres minutos cada mañana y tres minutos cada noche ¡Y pasa a la acción! Comprobarás como tu nivel de conciencia se eleva para sentir un mayor agradecimiento y la paz y el equilibrio que aporta esta conexión.

Por cierto, me gustaría decirte que ahora tienes disponible mi curso gratuito Súper Enfoque, el curso que te ayudará a desarrollar tu atención plena. Un curso en el que durante cinco días ejercitaremos juntos tu capacidad de atención. Un curso que te ayudará a mejorar tu capacidad para mantenerte en el momento presente, te ayudará a mejorar tu productividad y te permitirá vivir mas concientemente aquellas cosas que te hacen feliz en la vida.

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