¿Llevas tiempo sintiendo que cada vez tienes menos energía para sacar tu trabajo adelante? ¿Sientes desmotivación? ¿Tienes que sacar fuerza de debajo de las piedras y ya no sabes qué hacer?¿El cansancio es tal que cuando llegas no le prestas a tu familia la atención que se merece?
Tienes que aprender a gestionar tu energía.
En este post quiero tratar la importancia de gestionar tu energía de forma adecuada. Todos tenemos un nivel determinado de energía que podemos consumir a lo largo del día. Tus depósitos de energía son como los de un coche, tienen un límite, y por más lejos que quieras ir, solo podrán recorrer una distancia determinada. La suerte es que, de la misma forma que en un coche, si haces un uso adecuado de tus depósitos, si consigues determinar cuál es la máxima velocidad que puedes alcanzar consumiendo el mínimo carburante posible, si aprovechas la inercia de los descensos y si tomas los desvíos adecuados para evitar escaladas innecesarias, serás capaz de llegar más lejos con la misma energía disponible.
(Te anticipo que sí, existen métodos y herramientas para ampliar tus depósitos de energía, no obstante en este post solo quiero que aprendas las claves básicas para hacer una gestión eficiente de la energía que ahora mismo tienes disponible)
Las claves para gestionar tu energía de forma adecuada son las siguientes:
- Tu reloj biológico determina tus resultados.
Es importante que reflexiones sobre cómo funciona tu cuerpo. En qué momentos sientes más vitalidad, en que momentos decae tu energía, cuáles son tus picos de mayor energía y cuáles son los desencadenantes de esos descensos de energía. Por ejemplo, hay gente que a primera hora de la mañana se siente más enérgica mientras que otra gente se siente más vital a partir de media tarde. Por otro lado hay personas que a media mañana o a media tarde tienen un bajón, y lo más normal es que el desencadenante sea la falta de descanso (ya sabes que a partir de los 45 minutos tu concentración decae) o la necesidad de comer, beber o simplemente respirar. Debes reservar en tu agenda aquellas horas del día en que tienes más vitalidad (yo las llamo horas pico) y destinarlas a aquellas tareas que son más complejas y necesitan un mayor esfuerzo y concentración. Destina las horas en las que sientes más decaimiento (yo las llamo horas valle) a hacer aquellas cosas que son más rutinarias o metódicas. Si eres de esas personas que los lunes por la mañana se sienten cansadas, o que después de comer tienen mucho sueño, esto te va a dar mucho que pensar.
- Identifica tus pautas.
Para tomar conciencia de cuales son tus horas pico y tus horas valle, al principio es importante llevar un diario en el que anotar cuál es tu estado energético y tomar conciencia de los motivos por los que sientes un estado energético adecuado o inadecuado. Puedes hacerlo en una pequeña libreta o en el móvil, pero te aconsejo que lo hagas por escrito y al menos durante una semana. Cuando haya finalizado la semana lo analizarás e identificarás cuáles son tus horas pico y tus horas valle, y con esta información podrás agendar tus actividades a lo largo del día de una forma más productiva que te permita gestionar mejor tu energía. Tus horas pico deben ser sagradas, no dejes que nadie ni nada decida por ti a que vas a dedicar ese tiempo (¡Cuidado con las reuniones!)
- Silencia el ruido mental.
Toma conciencia de cuanto ruido mental hay en tu cabeza a lo largo del día. Si fueras tenista profesional y después de estar todo el día entrenando, al llegar a casa te pusieras a entrenar de nuevo hasta la hora de acostarte ¿Cómo crees que jugarías el partido al día siguiente? Siento comunicarte que trabajas con la cabeza, y que por tanto tu cabeza necesita descansar. En caso contrario tu productividad cae en picado, y la energía que necesitas para sacar tu trabajo adelante es mucho mayor. Todo ese ruido mental es energía desperdiciada.
- Piensa antes de actuar.
No me cansaré de decirlo una y otra vez, ten claro el objetivo. Trabajas en un entorno donde hay muchas necesidades, donde todo son prioridades e interrupciones. Ten claro a dónde vas con cada una de las cosas que estás haciendo. ¿De verdad es necesario hacerlo? O ¿De verdad es necesario hacerlo de esa forma tan costosa? ¿Hay una forma más simple de cumplir con el objetivo de esa tarea?
- Controla el perfeccionismo.
Ten claro cuál es el objetivo y toma conciencia de si estas poniendo en él la cantidad de energía adecuada. El perfeccionismo te hará derrochar energía en exceso. Pregúntate con frecuencia si eso que estás haciendo contribuye de alguna forma a conseguir finalizar esa tarea.
- Nútrete de forma adecuada.
En ocasiones tienes bajones repentinos de energía y no sabes por qué. Puede deberse a que tu cuerpo necesite nutrirse. Si eres de esas personas con tendencia a quedarse absorta en una tarea y olvidarse del mundo, es muy probable que no estés tomando conciencia de si tu alimentación es adecuada. Muchas veces te darás cuenta porque repentinamente te vendrán unas ganas irresistibles de comer chocolate o algo dulce. Para mantener un nivel constante de energía es importante que tus niveles de insulina permanezcan estables. Solucionarlo es fácil, no tienes más que respetar las cinco comidas del día y no olvidarte de comer algo a media mañana y media tarde. Te ayudará también eliminar los hidratos de carbono simples (bollería, chocolate, alimentos refinados…) e introducir hidratos de carbono complejo (legumbres, cereales integrales…) que te permitirán mantener tus niveles de insulina constantes. Es muy importante también beber agua con frecuencia ya que muchas veces la deshidratación te puede provocar cansancio o dolores de cabeza repentinos y además beber te ayudará a eliminar toxinas resultado de altos niveles de cortisol y adrenalina en periodos de estrés prolongado.
- Vigila tu respiración.
Si estas pasando por un periodo de estrés o hiperactividad, o estás en modo alerta, es probable que tu respiración este siendo más agitada de lo normal y no te estés dando cuenta porque respirar es algo tan normal que ni siquiera le prestas atención. En este tipo de situaciones seguramente estés respirando con tu parte superior de los pulmones en lugar de respirar con el abdomen, si esto es así, tu sangre no se estará oxigenando lo suficiente y la sensación de cansancio y el estrés aumentarán. Toma conciencia de cómo respiras, simplemente prestando atención y procurando respirar con el abdomen. También te ayudará asistir a clases de yoga, pilates, meditar cada mañana o cualquier cosa que haga de respirar adecuadamente un hábito en tu vida.
Desde mi experiencia personal, silenciar el ruido mental a través de la meditación y evitar el perfeccionismo cuando no es necesario han sido factores determinantes a la hora de liberar energía. Incorporando estás prácticas de forma habitual en tu vida obtendrás unos mejores resultados y acabarás el día con un estado energético mucho más equilibrado. El resto de consejos también son armas eficaces que te ayudarán.
Ahora es tu turno, deja tus comentarios ¿Cómo puedes ahorrar energía? ¿Qué vas a hacer para conseguir un mayor equilibrio? ¿Cómo te sentirás cuando consigas estar mejor a nivel energético? ¿Qué vas a hacer cuando tu vitalidad sea constante? No dudes más ¡Ponte fecha y actúa!
Si te interesa este tema a continuación de detallo unos cuantos libros que te pueden interesar si tu objetivo es aprender a gestionar mejor tu energía y vitalidad:
Objetivo Rejuvenecer de Carmen Giménez Cuenca
Focus de Daniel Goleman
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