Cómo actuar cuando tus problemas personales afectan a tu vida profesional

¿Eres de esas personas tan responsables que se culpan por no poder estar al cien por cien en el trabajo? ¿Tienes tal enfoque en tus objetivos profesionales que aunque tengas un problema personal intentas hacer lo posible por hacer como que no pasa nada y seguir entregándote al completo?

Parece que te puedo ver por un agujerito.

Eres de esas personas que se ponen enfermas y que no se permiten quedarse en casa para recuperarse.

¿A que sí?

No te preocupes. Esto le ocurre a más gente de la que piensas.

Me encuentro con muchos profesionales que en momentos de su vida en los que algo va mal hacen lo posible por acudir al trabajo intentando hacer como que no ocurre nada y obligandose a mantener la misma productividad que tienen los días que están bien.

 Si se trata de un simple resfriado no pasa nada.

Pero si la vida te azota con algo más serio la cosa cambia.

En ocasiones tenemos familiares a quienes diagnostican alguna grave enfermedad, o atravesamos por situaciones economicas difíciles, o tenemos problemas con nuestra pareja, o nuestros hijos comienzan a actuar de forma rebelde…

Hay veces que  no puedes esconder la cabeza bajo tierra como un avestruz y hacer como que no está pasando nada.

Porque la verdad es que sí. Sí está pasando.

Tienes que aceptar que por mucho que lo intentes tus resultados no van a ser los mismos que los resultados que obtienes cuando estás bien.

A lo mejor tú piensas que sí.

Pero seguramente dentro de unas semanas cuando estés mejor y observes el trabajo que has realizado durante estos días te darás cuenta de que no alcanza la calidad a la que tienes acostumbrado a todo el mundo. 

Es normal que tus resultados no sean los mejores, y esto es así porque tu vida profesional forma parte de tu vida personal, pero tu vida personal también forma parte de tu vida profesional. La mayoría de la gente está más acostumbrada a llevarse los problemas del trabajo a casa que a llevarse los problemas de casa al trabajo.

Así que me gustaría darte una serie de consejos a la hora de gestionar tu angustia en este tipo de situaciones:

  • Acepta que tus resultados profesionales no pueden ser los mismos.

Pensar que tus resultados pueden ser igual que siempre es irracional.  Aunque seas una persona de gran profesionalidad es inevitable que tus problemas te afecten.  Esconderlos bajo la alfombra no va a hacer que desaparezcan. Ahora toca redirigir tu energía a donde realmente tiene que ir, a afrontar esa dificultad.

  • Si tú no estás bien, tu mundo no estará bien.

Para que tus resultados profesionales sean excelentes, lo más importante de todo es que tú estés bien. Tus resultados no van a ser los adecuados si tú no te encuentras en un estado óptimo. Por eso es de vital importancia que afrontes y superes esa situación que en este momento te está desestabilizando, para que recuperes tu centro y vuelvas a afrontar la vida desde la paz, el equilibrio y la serenidad, que es el lugar, en definitiva, desde el que conseguirás resultados extraordinarios tanto a nivel personal como profesional.

  • Aprende la lección.

La vida te ha puesto delante un desafío para que obtengas un aprendizaje, y sería bueno que aprendieras la lección. Puede que cambie el escenario, puede que cambie el contexto, puede que cambien los protagonistas, pero mientras no aprendas esa lección, volverán a suceder dificultades similares que te inviten a aprender aquello que necesitas aprender. Obtener ese aprendizaje te permitirá evolucionar como profesional y como persona. Con el tiempo mirarás hacia atrás y te darás cuenta de que todo tenía sentido. 

  • Pide ayuda

Permítete pedir ayuda. Libera tus emociones. Acude a tu superior y cuéntale que es lo que te está ocurriendo, hasta donde tú quieras llegar, no tienes porqué informarle de todos los detalles, pero sería bueno que de forma asertiva y objetiva le comunicaras aquello que en este momento te está impidiendo trabajar con normalidad, si no tienes mucha confianza o no te atreves bastaría con un “estoy atravesando por problemas personales que me impiden en este momento trabajar al mismo ritmo que el habitual, pero me gustaría que supieras que mi grado de compromiso es el mismo, y que esto es solo algo temporal”. Si tu superior es un buen líder te entenderá y te apoyará, lo mejor es que sea consciente de que algo importante te está ocurriendo, en lugar de dejar que llegue a sus propias conclusiones, que en muchos casos podrían ser erróneas. De la misma forma también sería bueno que lo comunicaras a tu equipo, para que sean conscientes de que hay motivos razonables que te impiden estar tan presente. Ya verás como recibirás su apoyo y comprensión.

  • Toma conciencia de que eres un ser humano.

Eres un ser humano, y puedes equivocarte, tener momentos de excelencia y tener momentos de bajo rendimiento. Dentro del contexto que estás viviendo estas haciéndolo lo mejor que puedes y estás entregándote completamente. No hay nadie en el mundo que tenga derecho a decirte nada ante eso.

¡Ahora es tu turno! Te propongo que pases a la acción y comiences a reflexionar durante esta semana sobre qué puedes hacer para estar mejor. No dudes más ¡Pasa a la acción y actúa!

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